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Las nuevas prácticas de diseño que ha detonado la pequeña vivienda urbana

Vivir en espacios pequeños, ante los procesos acelerados de urbanización global, impone nuevas prácticas de diseño que optan por ideas flexibles y modulares.
mar 06 agosto 2019 02:53 PM
espacios pequeños
La vivienda colectiva es una de las soluciones futuras para quienes quieran vivir en el centro de las ciudades.

Nota del editor: Este contenido se publicó originalmente en la edición Despojo de arena: Tráfico invisible de la revista Obras, correspondiente a febrero de 2019.

La migración del campo a la ciudad es ya una realidad imparable. Según la Organización de las Naciones Unidas, 55% de la población global vive en áreas urbanizadas, porcentaje que alcanzará el 68% en 2050. Estas cifras crean varias presiones en las ciudades, en especial, en el tema de la vivienda, que bien es escasa o inaccesible, pues los precios de las propiedades se han incrementado exponencialmente, privando del acceso a la renta o compra a una parte importante de la población que habita las urbes.

Un estudio publicado por la Heriot-Watt University, en Escocia, subraya que en Inglaterra existe una carestía de 3.91 millones de departamentos para atender la demanda actual, lo que significa que deberían construirse 340,000 viviendas anuales hasta 2031. CBRE Global Living-a City by City Guide 2017 señala que Hong Kong es el lugar más caro del mundo con 1,181 dólares por pie cuadrado, le siguen Londres con 855 y Nueva York con 703 dólares.

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Cortesía Ollie
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Ante la escasez de espacio y la creciente demanda de vivienda, la flexibilidad es clave.

En México se calcula un déficit de la vivienda de entre nueve y 14 millones de unidades, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).

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Los arquitectos buscan dar respuesta a estos problemas con propuestas que, por un lado, reducen el número de metros cuadrados y adoptan sistemas flexibles y modulares que se adapten al estilo de vida de los residentes.

"Actualmente, nuestro papel como arquitectos no es el de diseñar todos los detalles de los interiores sino idear estructuras poco rígidas para que sean sus habitantes los que decidan cómo usan ese espacio", afirma Jack Swanson, arquitecto graduado del Royal College of Art.

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Al estilo japonés

El despacho esloveno Ofis Arhitekti comenzó a experimentar con las llamadas microviviendas cuando estalló la crisis financiera en 2008. Primero diseñaron y construyeron una serie de refugios alpinos de 9.7 m2 y 12 m2 en su país natal, y en el desierto de Gorafe, en Granada, España, de 20 m2 que proveen de un programa básico de vivienda adaptado a las condiciones ambientales de cada lugar y pensado para una estancia temporal.

"Estas propuestas investigan el tamaño mínimo que una persona necesita para vivir, pensando en las ventajas que ofrecen si las trasladamos a ciudades densas, como la dimensión mínima que requiere la parcela, la movilidad que ofrecen y la posibilidad de cambiar los interiores con facilidad. Este concepto es similar al que emplean las casas japonesas tradicionales, compuestas de una habitación que es a la vez salón y dormitorio, pero con un enfoque contemporáneo", explica la arquitecta Spela Videcnik.

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Living Unit

Trabajando en esta dirección, los arquitectos han diseñado Living Unit, una propuesta basada en unidades modulares de 2.5 metros de ancho, 4.5 metros de largo y 2.7 metros de altura, pensadas para ser habitadas por dos personas. Contienen una cama, armario, mesa y sillas, lavabo y una pequeña cocina. Varias unidades pueden agregarse vertical u horizontalmente, según las necesidades de los ocupantes.

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Living Unit. Desarrollo que propone departamentos sociales con unidades modulares de 2.5 m por 4.5 m.

"Ahora que muchas ciudades se encuentran en pleno debate sobre cómo construir viviendas asequibles en menos metros cuadrados, esta propuesta, o las microviviendas en general, pueden ocupar parcelas en desuso que se encuentran en el centro de las urbes", plantea Videcnik.

Su colega Rok Oman cree que para hacer frente a estas cuestiones, debemos aprender que no es necesario disponer de 200 m2 para vivir. "Living Unit ofrece el espacio necesario para vivir con comodidad. El problema de la vivienda es global y necesitamos nuevas propuestas de departamentos sociales y que las ciudades entren de lleno en el debate para flexibilizar las normativas de construcción", reflexiona.

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Living Unit.

El coliving ya está aquí

Jack Swanson lleva dos años desarrollando un proyecto de vivienda colectiva en colaboración con el desarrollador British Land, donde el límite entre el espacio privado y el público se difumina con paredes flexibles. "La idea es proveer de un cascarón básico que pueda ser ocupado de forma flexible, que genere encuentros con los vecinos en zonas comunes", explica.

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El arquitecto trabajó con el despacho Apparata en un concepto similar que verá la luz en 2020 en Londres: una vivienda social colectiva que será ocupada por 12 artistas y sus familias, con una disposición muy básica para reducir costos y que empleará un modelo de financiamiento público con tipos de interés bajos.

El edificio de cinco plantas contará con un espacio para comer y trabajar que será compartido por grupos de tres departamentos. Esta propuesta sigue el modelo de cohabitación, cada vez más presente en ciudades como Londres o Nueva York y que es una evolución con tintes millennial de los departamentos compartidos o las residencias universitarias.

Aparte de los espacios más privados de la casa (dormitorio y baño), el resto son para socializar, realizar actividades físicas, atender charlas o clases de todo tipo. Servicios de lavandería, cocina o guardería se comparten entre todos los residentes, generando un menor volumen de costos por mes.

Ikea lanzó el año pasado el sitio web One Shared House 2030, una macroencuesta en línea que encargó a Space 10 y Anton & Irene para captar percepciones sobre esta forma de convivencia que imaginan como la solución perfecta para quienes quieran vivir en el centro de las ciudades, pagando rentas y costos de la vivienda más asequible y hacerlo en compañía de otros para evitar la creciente sensación de soledad que invade a aquellos que viven en la ciudad.

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Tres generaciones bajo un mismo techo

Según un estudio de la aseguradora Aviva, en Reino Unido, el número de adultos de entre 25 y 34 años que vive con sus progenitores se incrementó en 37% entre 2007 y 2017, periodo en el que el precio de la vivienda aumentó 45%.

Johnny Grey es un diseñador especializado en cocinas y explica que cada vez tiene más clientes para los que tiene que idear espacios multigeneracionales; donde además de padres e hijos hay que agregar a los abuelos.

Grey dice que para que todos los miembros de la familia se sientan cómodos hay dos conceptos que son fundamentales: ergonomía y autonomía. Grey menciona que la clave es incorporar mobiliario "que incremente la sociabilidad entre varias generaciones que conviven bajo un mismo techo".

Entre sus preferencias, subraya las mesas redondas, las islas de cocina y la ausencia de ángulos para favorecer formas más curvas. "Estamos hablando de hechos probados en campos como la neurociencia y cómo ciertos diseños favorecen o no la sociabilidad, no del aspecto que estos tienen", aclara.

Grey apuesta también por un mobiliario extremadamente flexible, con encimeras que suben y bajan para adaptarse a las diferentes alturas de sus usuarios, así como soluciones inteligentes que permitan que las personas de mayor edad se manejen con soltura y sin peligros en la cocina.

Destaca varias innovaciones que veremos en los próximos cinco años, asegura: mesas multiusos donde será posible preparar los alimentos, cocinarlos y comerlos, y elementos de realidad aumentada que ayudarán a que los más pequeños y más ancianos puedan participar del proceso de una forma creativa y, sobre todo, segura.

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