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5 rutas para replantear el uso de oficinas gubernamentales

Tanto en inmuebles con actividades administrativas y operativas como de atención ciudadana existen alternativas para minimizar el riesgo de contagio por Covid-19.
mar 19 mayo 2020 05:00 AM
businessman holding data files
Las dependencias de gobierno deberán definir nuevas medidas para garantizar sana distancia cuando se reanduen labores en oficinas.

Previo a que se reanuden las actividades postCovid-19 , cada dependencia deberá definir nuevas medidas para garantizar un sano distanciamiento del personal y visitantes en sus instalaciones.

Las instituciones tendrán que evaluar los puntos de mayor contacto en accesos, vestíbulos, pasillos, escaleras, elevadores, sanitarios, manijas de puertas, checadores digitales y mostradores, además del uso de equipamientos como aire acondicionado y buscar que todas las áreas estén mejor ventiladas y con mayor incidencia de luz natural.

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“Todo lo que construimos en términos de criterios, normatividad, formas de trabajo y convivencia, después de Covid-19, deberá cambiar. Estamos ante un parteaguas más fuerte que cambios estructurales”, indica Enrique Soto Alva, catedrático e investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por su parte, Víctor Ramírez Vázquez, director de Colectivo Arquitectura, refiere que la tendencia es que tanto las ciudades como los espacios laborales sean más compactos.

“Las oficinas públicas en México son asignados de acuerdo con la jerarquía, no con base en las actividades que se realizan, por lo que deben analizarse las funciones de cada perfil o persona y luego dimensionar espacios”, indica.

Para Jazmín Palacios Bonilla, directora de Colectivo Arquitectura, esta pandemia también nos enseña a mirar desde otra perspectiva el trabajo colaborativo. Podemos optimizar aún más los espacios tanto privados como compartidos para buscar que no se saturen de personas.

Nuevos flujos

Una alternativa, considera Soto Alva, es generar flujos de circulación al interior del inmueble, incluyendo pasillos y áreas comunes. Esto funciona como si fueran carriles para automóviles, por ejemplo, si alguien sale del elevador y su oficina está a un lado, tendrá que hacer un trayecto en un sentido específico, con ciclos de cruces.

Esta transformación estaría basada en lo que se conoce como La teoría de las colas (filas), del matemático danés Agner Krarup, utilizada en algunos parques temáticos, donde a través de una aplicación móvil es factible saber cuáles son los juegos más ocupados en ese momento. Así, “las oficinas podrían indicar en tiempo real qué áreas tienen un elevado flujo de personas para que los usuarios decidan qué trayecto tomar”, agrega.

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Barreras físicas y tecnología

Otra medida, que están implementando instituciones financieras y que podría adoptarse en oficinas gubernamentales con atención al público, es la separación física entre funcionarios y ciudadanía a través de micas de policarbonato o barreras tipo persianas.

Además, mediante alguna app, el gobierno podría publicar qué servicios están saturados en tiempo real para que los usuarios decidan si acudir o no.

Espacios abiertos

“En los diseños más recientes, apoyados con tecnologías y nuevos materiales, existe un mejor aprovechamiento del espacio”, refiere Soto. Por ejemplo, los paneles ayudan a crear espacios más abiertos, claros y más flexibles.

Open Space es un concepto que flexibiliza el uso de los espacios, donde no hay asignación de escritorios, se puede trabajar en cualquiera, con la premisa que todos van a tener el mismo nivel de confort. Este modelo implica diseñar esquemas de infraestructura de redes y mobiliario específicos”, reflexiona el académico.

Este modelo se aplicó en algunos pisos de oficinas del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Superficies Mínimas

En México, las medidas en los espacios de oficinas gubernamentales no están estandarizadas. De acuerdo con el libro La administración de los inmuebles públicos: una herramienta para una mejor gobernanza, la media pasó de 37 a 23 m2 por funcionario público. Aún así, con la finalidad de reducir el gasto público y el impacto ambiental, el objetivo sería reducir el número de metros por persona.

Otros países no realizan su tabla Superficies Mínimas a Ocupar por Institución (SMOI) en función de la jerarquía, como lo hace México, sino de las actividades por cada trabajador, a lo cual ahora hay que sumar el factor del sano distanciamiento por la epidemia. “Si tomamos en consideración una distancia de 1.5 m, la superficie tendría que ser de 7 m2 como mínimo”, calcula Soto.

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Mobiliario aislante

Para reconfigurar las oficinas, debe hacerse una investigación profunda en torno a espacio, socialización, tecnología y emociones humanas, expone Eduardo Ramos Watanave, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Primero los escritorios y luego los módulos se fueron haciendo cada vez más pequeños, con barreras visuales y de sonido. Probablemente ahora se creará mobiliario de oficinas que aisle a las personas o con materiales avanzados que disminuya el riesgo de contagio, comenta Ramos, quien planea incluir estudios de prospectiva del diseño en su cátedra en la licenciatura de Diseño industrial.

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