“¿Cómo una marca sueca de mobiliario puede hacer una colección latina?”, se preguntó Ikea, una empresa europea de muebles y objetos de decoración que alcanzó su popularidad en 1950 debido a su propuesta de automontaje y que llegó a México en 2020.
Ikea, cómo hacer productos "latinos" si se es una empresa sueca
La idea surgió durante la pandemia después de ver el éxito de sus tiendas en la región y de pensar que, tras el encierro, las personas necesitarían de esas reuniones y fiesta que caracteriza a los países latinoamericanos, explicó Friso Wiersma, diseñador de la empresa en Suecia.
Pero la encomienda no podía estar en sus manos ni en las de su equipo, ya que aunque querían mantener la línea de Ikea de diseños simples con materiales sencillos de utilizar y precios accesibles, al querer proyectar a países que están a más de un océano de distancia, debían ser personas conocedoras de Latinoamérica quienes los diseñaran.
Fue así como se conformó un equipo de ocho artistas y diseñadores que crearon 30 piezas que van desde hieleras hasta juegos de vasos que dan como resultado Ömsesidig, la primera colección latina de la empresa, lanzada en marzo de este año en México.
La labor para los colaboradores era un sueño: trabajar con una empresa reconocida internacionalmente, plasmando la identidad de los países en los que crecieron y con la oportunidad de también imprimir en ellos su huella personal.
Pero había un reto difícil de sortear, evitar la estigmatización, los lugares comunes y la apropiación cultural.
ÖMSESIDIG
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Hablar de la cultura sin apropiarse
En los últimos años el mundo de la moda, principalmente, ha buscado mayor diversidad en sus propuestas, por lo que ha volteado ver no sólo a países antes no expuestos en plataformas internacionales, sino a sus culturas indígenas para tomar como base la belleza de sus telas y patrones.
El resultado ha sido poco positivo, ya que empresas como Nike, Zara y Levi’s, entre otras, fueron señaladas por apropiarse de la cultura, incluso por las autoridades. La Secretaría de Cultura ha enviado cartas acusando a estas compañías de comercializar y privatizar propiedad colectiva, así como expresando su preocupación por la retribución a artesanos que colaboraron con la producción.
Por lo que en el caso de Ikea, el equipo puso especial énfasis en tratar de no repetir la problemática pero sí mostrar la identidad de la región Latinoamericana. Marisol Centeno, diseñadora mexicana de textiles, explica que para no cometer los estos problemas, en la colección se hace consciencia de la diversidad de la región, “hay muchos usos y costumbres fuera del mundo de la visión estética occidental”, explica, por lo que buscó ir más allá de lo ya conocido y evitar generalizaciones.
“Creo que la diferencia de nuestro trabajo tiene que ver de entrada con la conciencia de que hay una historia detrás. No estamos utilizando un patrón ni robandonoslo, ni trabajamos desde esa mirada. Esto es más de honrar la celebridad que tenemos en la vida cotidiana”, comenta.
Esto da como resultado una serie de objetos que funcionan reunidos en el mismo lugar y que ayudan a compartir, con una amplia gama de colores, en su mayoría vibrantes, y con patrones que representan a los ecosistemas latinoamericanos y sus culturas, pero sin centrarse en alguno en particular.
La colección
Marisol Centeno creó cuatro piezas: una bolsa de mano, una hielera, paños de cocina y una cobija para picnic. Su inspiración fue la guelaguetza, sin embargo, explica que no utilizó ornamentos de la fiesta, sino la idea de la celebración y el color y adaptarlos a los productos.
“El color está ligado a mostrar nuestra belleza, pero no tanto a la idea de la sofisticación. Ésta no tiene que ser necesariamente suave o neutra, a veces deslavamos esta idea y creo que se debe replantear, en este concepto caben muchas otras ideas, por eso quise imprimirle color”, comenta.
De México también participó Liliana Ovalle, diseñadora de producto que aportó un banco, un juego de tazones para servir, dos tazones regulares, dos paquetes de vasos y una garrafa. En sus objetos no usó ornatos ni impresiones, sino que decidió proyectar la identidad latinoamericana a través del uso de los materiales, como la madera y el vidrio, así como en las siluetas.
Álvaro Clavijo, Carolina Zarhi, Diana Ordoñez, Agustín Nicolás Rivero, Abel Cárcamo Segovia, Trini Guzmán y Felipe Assadi también colaboraron en la colección de Ikea.