La cocina se ha convertido en el núcleo emocional y funcional de la vivienda. Ya no es un espacio cerrado ni únicamente utilitario: es una pieza clave del diseño interior, de las decisiones tecnológicas y del gasto doméstico en México.
Su transformación coincide con cambios demográficos, nuevas formas de habitar y la consolidación de una cultura que privilegia la personalización y el aprovechamiento del espacio disponible. Cada vez más, los usuarios buscan intervenir en el entorno que habitan para adaptarlo a sus rutinas, gustos y prioridades.
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Diseño adaptado a estilos de vida
Alejandra Sánchez, presidenta de la Agrupación de Arquitectos e Interioristas de México (AAI), explicó que la arquitectura de las viviendas actuales, que tiende a ser más reducida, provoca que las cocinas se integren con la sala y el comedor. Esto demanda configuraciones más flexibles y diseños especializados al estar estos espacios ahora a la vista de todos.
“Hoy el cliente nos da su personalidad para saber cómo vamos a trabajar ese espacio”, dijo. Para lograrlo, los diseñadores utilizan paneles continuos, papeles tapiz lavables y superficies que simulan madera o piedra natural, lo que permite mantener una estética uniforme sin complicar el mantenimiento.
Las cocinas reflejan cada vez más la personalidad de sus usuarios.(Sergii Vorobiov/Getty Images/iStockphoto)
Sánchez comentó que muchos usuarios piden cocinas con características específicas: “Puede ser un espacio para grabar contenido, preparar alimentos saludables o convivir con niños. El reto es proyectar eso en el diseño sin saturar el entorno”, explicó.
Incluso las necesidades de almacenamiento se ajustan a las nuevas dinámicas familiares. “Antes había una alacena para guardar todo. Hoy se piensa en módulos ocultos, compartimentos para electrodomésticos o zonas de reciclaje”, indicó.
El Trend Report 2025-2026 de Cosentino identifica a la cocina como el lugar donde se manifiestan los valores personales. “El redescubrimiento de la identidad encuentra en este espacio un punto de anclaje con lo local, lo funcional y lo hecho a mano”, indica el documento.
Desde el diseño interior, el espacio se convierte en un reflejo de los intereses y prioridades de los habitantes. Sánchez explicó que se observan decisiones como integrar elementos de la cocina tradicional mexicana como molcajetes, tarjas profundas, repisas para especias con configuraciones contemporáneas. También crece el interés por materiales sostenibles, iluminación cálida y texturas que evocan lo natural sin perder funcionalidad.
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Comportamiento del mercado
Esta transformación también se refleja en el comportamiento del mercado. En mayo de 2025, IKEA México vendió 217 cocinas, más del doble que en el mismo mes del año anterior, con un valor total de 18.5 millones de pesos y un ticket promedio de 81,000 pesos. Oceanía concentró más del 50% de las ventas. Guadalajara, con su tienda recién inaugurada, aportó 37.3% del total.
Alfonso Galnares, líder de Negocios de Ventas y Procesos Centrales de IKEA México, atribuyó el aumento a un mayor interés por mejorar este espacio, sumado a la disponibilidad de producto y un modelo de diseño que involucra a los usuarios en la creación de su entorno.
“Muchos compradores tienen entre 35 y 40 años y buscan equipar su primer departamento o renovar por completo”, señaló. También identificó perfiles como chefs que se mudan y requieren adaptar el espacio. “La cocina se convierte en oficina, barra, comedor y centro de convivencia”, afirmó.
Ikea busca adaptarse al mercado con más de 1,000 opciones de personalización.(Foto: Ikea)
IKEA ofrece diseños que alcanzan las 1,400 combinaciones. La posibilidad de elegir entre puertas, estructuras abiertas, repisas, luces internas y accesorios permite a los usuarios tomar decisiones sobre el uso y la estética del espacio.
Sánchez reforzó esta idea al señalar que hoy el diseño parte del presupuesto, pero también de los rituales personales. “Desde cómo cocinan, si les gusta guardar frascos o usar electrodomésticos grandes, todo eso se traduce en decisiones de diseño”, indicó.
También mencionó que la cocina se ha vuelto uno de los rubros de mayor inversión dentro del hogar: “En casas de nivel medio, el gasto puede representar entre 15 y 20% del valor de toda la remodelación”.
Tecnología y soluciones integradas
Este interés no se limita al diseño. También existe una búsqueda de soluciones prácticas y tecnológicas. En julio, LG Electronics introdujo su línea Signature Kitchen Suite (SKS) al mercado mexicano en alianza con Casa Palacio. Se trata de nueve equipos empotrables, como hornos de vapor, parrillas de inducción y cavas de vino, que se integran a configuraciones existentes.
Estos productos están disponibles en regiones como Ciudad de México, Guadalajara y Los Cabos, donde la demanda por soluciones domésticas con componentes tecnológicos se mantiene activa.
Sánchez explicó que la incorporación de tecnología ya no se asocia con el lujo, sino con la funcionalidad. “No se trata de tener el equipo más costoso, sino el más eficiente y mejor integrado al espacio”, señaló.
La cocina mezcla diseño con tecnología.(ventura69@gmail.com/Getty Images/iStockphoto)
Espacio central del hogar
Para Alejandra Sánchez, la cocina ha pasado de ser un área de servicio a un espacio con peso simbólico y funcional. En sus palabras, “ya no se esconde: se muestra, se diseña, se vive”. Esta visibilidad también exige que el mobiliario y los acabados estén pensados para resistir el uso intensivo sin comprometer la estética.
La cocina ocupa hoy un lugar visible y flexible dentro del hogar. Las decisiones de diseño, tecnología y materiales no solo responden a parámetros funcionales: permiten configurar una narrativa personal dentro del espacio doméstico. En un momento donde la vivienda incorpora múltiples usos la cocina se afirma como un punto de encuentro cotidiano, tanto en lo físico como en lo simbólico.