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4 propuestas para detonar la reactivación en el mercado inmobiliario

Hay que reconocer lo positivo del COVID-19, aprender las lecciones y poner en acción estrategias puntuales para reactivar el mercado inmobiliario, opina Fernando Soto-Hay.
lun 08 junio 2020 10:31 PM

(OBRAS) – El coronavirus ha cobrado muchas vidas alrededor del planeta y sin duda los efectos económicos serán considerables en los siguientes meses, pero los superaremos como hemos hecho antes en otras crisis. Lo importante ahora es aprender las lecciones que el COVID-19 nos deja a futuro.

En mi opinión, la primera ha sido a nivel tecnológico. La inversión que hizo el Colegio de Notarios en alianza con las autoridades de la CDMX para digitalizar prácticamente todos los trámites del proceso de compraventa ha evitado que el sector inmobiliario se detenga. Hoy los notarios pueden expedir certificados de libertad de gravamen, inscribir transacciones inmobiliarias e hipotecas en el Registro Público de la Propiedad en forma remota, solicitar constancias de certificaciones de no adeudo de agua y de predial o de zonificación de forma digital. Sin duda, la CDMX debe ser un ejemplo a seguir para otras entidades que busquen agilizar sus procesos.

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Otra cosa que aprendimos es la importancia de las relaciones humanas. Si bien las videollamadas nunca podrán reemplazar el factor humano primordial en una operación de bienes raíces, nos han demostrado que es totalmente factible seguir operando a distancia gracias a las plataformas que han surgido para mantenernos conectados. Ha sido muy satisfactorio ver cómo los menos entusiastas de la tecnología la han ido adoptando en una auténtica demostración de resiliencia.

Igualmente somos más conscientes de la relevancia de tener un lugar al que llamamos hogar. Como propietarios de un inmueble, tenemos más claro que nunca su valor no solo en términos económicos y patrimoniales, sino también del enorme sentido de seguridad que nos provee en un escenario donde el peligro inunda las calles.

Por otro lado, el coronavirus puso de manifiesto que es necesaria una reconfiguración de los espacios que habitamos; las organizaciones que adoptaron el home office de manera temporal, quizá lo implementen de forma permanente, lo cual hará que las viviendas tengan que adaptarse para generar espacios de trabajo funcionales y ese es un factor de gran relevancia que los desarrolladores tendrán que considerar de igual forma en lo sucesivo para las viviendas nuevas.

Finalmente, uno de los aprendizajes más importantes queda para las autoridades, tanto federales como locales, y se trata de la importancia del desarrollo inmobiliario (de vivienda, comercial, industrial y de oficinas) para las comunidades donde se lleva a cabo, pues gracias a ello se genera empleo y riqueza. Estoy seguro que esto va a traer como consecuencia la agilización de los procesos de autorización para futuros desarrollos inmobiliarios que ayudarán a reactivar la economía nacional en estos tiempos.

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En ese sentido, estas son mis cuatro propuestas para detonar dicha reactivación:

1. Reducir el Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles (ISAI) con el fin de incentivar a las personas que están dispuestas a comprar una casa o departamento y hacer que ese capital se mueva: implementar un periodo de recuperación de 12 meses donde se reduzca el 60 o 70% del ISAI, en forma general, no solamente por valor de la vivienda. Algo como lo que ya se hace con la Jornada Notarial

2. Reducir los derechos de inscripción en los Registros Públicos, tanto la compraventa como la hipoteca, igualmente en un periodo de recuperación para que las personas puedan comprar sus casas o departamentos con una menor erogación en este momento donde los recursos económicos son limitados

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3. Que los bancos procuren temporalmente otorgar créditos a 30 años para que las mensualidades sean mucho más bajas y el monto a comprobar de ingresos sea menor. No obstante, los financiamientos a 30 años deberán tener una cláusula para que se puedan convertir en créditos a 15 o 20 años a partir del año 7. De esa forma, los bancos no tendrán una exposición al riesgo tan larga; las mensualidades se incrementarían en el año 8, momento para el que la persona ha superado los efectos económicos derivados del COVID-19

4. Reducir ciertos costos de desarrollo, como el impuesto predial, durante el periodo de construcción. Los incentivosa los desarrolladores al final del día impactan en el consumidor final, de ahí su relevancia.

Estos serían detonadores que, desde mi perspectiva, valdría la pena aplicar tanto a vivienda nueva como usada, pues ayudarían a que más mexicanos puedan formar su patrimonio con costos de transacción menores.

Nota del editor: Fernando Soto-Hay es fundador y director general de Tu Hipoteca Fácil y cofundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Síguelo en Twitter o contáctalo al correo fernando@tuhipotecafacil.com . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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