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Tiempo de reinvención: escuchar al mercado o morir

Si bien ha habido una desaceleración en la toma de decisiones para la compra de propiedades, hoy la demanda de inmuebles mantiene su ritmo, opina Daniel Narváez.
jue 14 mayo 2020 05:37 PM

(Expansión) – Los gobiernos van y vienen con todo y sus ayudas o restricciones, pero los empresarios son los que se quedan trabajando para que la economía de nuestro país siga en marcha ante cualquier situación.

Hoy se llama COVID-19 lo que nos tiene en incertidumbre a millones de personas, pero en 2009 se llamó influenza, y en 2008 y no por eso menos importante, la crisis financiera global, de manera que la historia nos ha dado una lección: sólo los negocios y las personas que se reinventan y se adaptan a los cambios son quienes sobreviven.

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Recientemente escuché de un buen amigo una analogía que me gustó mucho: “Cuando los pescadores no pueden pescar, se dedican a reparar sus redes” y eso es justo lo que debemos de hacer en este tiempo de contingencia. Ante tal situación que nos ha obligado a hacer una pausa, debemos aceptar que es momento de cambio, de reinvención, y de analizar qué podemos mejorar.

Una cualidad que me gusta mucho de los tiburones es que nunca se detienen, siempre “están en movimiento” porque si no lo están, se hunden y mueren. ¿Sabían esto? Pienso que eso es lo que debemos hacer, y no desde el punto de vista de “hacer por hacer”, sino desde el punto de vista de nunca darnos por vencidos y mantenernos en acción, pero inteligentemente.

¿Queremos ser víctimas de la situación? Ahí podemos estancarnos y morir, pero me gustaría pensar que no, que queremos explorar de qué manera aprovechamos la situación para generar oportunidades, y por eso quiero compartirles mi visión para afrontar lo que yo llamo este “tiempo de reinvención” y de afilar la sierra, como diría Covey.

Todos los sectores han sido golpeados y el sector inmobiliario no es la excepción, sin embargo, no todo está perdido y ahora más que nunca asesores y desarrolladores inmobiliarios, así como los diferentes actores que intervenimos debemos enfatizar los aspectos positivos, porque noticias negativas sobran.

Si bien ha habido una desaceleración en la toma de decisiones para la compra de propiedades, hoy la demanda de inmuebles mantiene su ritmo incluso se ha aumentado el volumen un 15% en el último semestre, pero ¿cómo es esto posible? Seguramente más de dos lo están pensando.

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La gente tiene más tiempo de exposición a canales digitales y aunque se ha aumentado la incertidumbre económica postergando la decisión, no se ha reducido la intención de compra, por eso es tiempo de prepararnos para lo que se avecina: una necesaria reingeniería del producto inmobiliario y una reconfiguración del mercado.

Con reingeniería del producto me refiero a menos acabados de lujo y más espacios funcionales. No es la primera vez que nos enfrentamos como mexicanos a una crisis, pero sí es la primera vez que nos vemos obligados todos, en un mismo momento, a convivir con nosotros mismos y en un lapso suficiente para valorar en qué invertimos nuestro recurso más valioso (el tiempo) así como nuestro capital.

El lujo y lo aspiracional pasan a ser secundarios cuando el riesgo económico es más latente. Y la reconfiguración del mercado, que sin duda marcará una serie de oportunidades para quienes mejor preparados estén y quienes mas rápido respondan a las nuevas necesidades.

Habrá personas que vivan en propiedades grandes y que necesiten venderlas para tener liquidez abriendo una ventana de oportunidad para asesores inmobiliarios de generar exclusivas, también quienes vivan en espacios pequeños y pretendan aumentar su espacio para quizás poder trabajar desde casa y sobre todo, el impulso y la apuesta hacia las rentas ante el crecimiento de los precios de la vivienda porque no nos engañemos, todo lo que cae, rebota.

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No es precisamente que los precios bajen de manera general, sino que hoy vivimos en un mercado de compradores, donde quien tiene el capital para invertir, tiene más poder de negociación. Esta situación me hace pensar que surtirá un efecto al alza (hablando de desarrolladores) para recuperar los márgenes de ganancia perdidos.

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Afilar la sierra para mí significa escuchar las nuevas necesidades de los 11 tipos de familias que hoy tenemos; dominar la tecnología, porque a partir de ahora quien no la sepa usar, quedará afuera de mercado; significa también ser inteligentes en nuestras inversiones, así como entender que a partir de ahora viviremos en una economía colaborativa donde el que no se abre, pierde.

Cuando volvamos de verdad espero que no seamos los mismos, en nuestro campo de acción ni a nivel personal, espero que mantengamos la confianza en el sector porque al final la vivienda es un producto de primera necesidad que solo ha hecho una pausa. Compremos en negocios locales, impulsando a aquellas micro-células que necesitan nuestro dinero.

No olvidemos que el desarrollo económico de México se ha sustentado en gran medida gracias a la iniciativa privada, son los mismos empresarios (chicos y grandes) los que han generado empleos y oportunidades entre los mexicanos, de manera que el futuro de nuestra economía seguirá dependiendo en gran medida de las mejores prácticas y desarrollo de conocimiento que ellos mismos sigan aportando.

Nota del editor: Daniel Narváez es Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es Director de Mercadotecnia Lamudi México. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @danielnarvaez__ Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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