Una vivienda forma parte del proyecto de vida de la mayoría de las personas y las familias, y cuando ésta se adquiere para habitarla puede resultar una buena idea; sin embargo, si se pretende como una forma de inversión nos estamos limitando a la búsqueda de mayores rendimientos financieros o ganancias que se obtienen a lo largo del tiempo con otro tipo de instrumentos.
No me malinterpreten, pero existen mejores alternativas de invertir ese gran capital que se tiene ahorrado en lugar de destinarlo a un solo inmueble. Durante muchos años nos dijeron que comprar una vivienda es una inversión rentable y poco riesgosa; sin embargo, en algunas ocasiones resulta todo lo contrario. Explico los motivos.
En primer lugar, invertir en un inmueble conlleva a la ausencia de generación de ingresos, porque a diferencia de las inversiones tradicionales, como las acciones o los bonos, una casa no genera ingresos por sí misma. Se puede ahorrar dinero al tener una casa propia en lugar de pagar alquiler, pero no hay un flujo de ingresos adicional proveniente de la propiedad en sí.
Además, existe un factor imprescindible que se debe tomar en cuenta: al invertir en una propiedad se deben incluir costos y gastos asociados a ello. Hay que tomar en consideración el pago inicial, gastos de mantenimiento, reparaciones e impuestos. Todo lo anterior puede reducir el retorno financiero potencial y en algunos casos supera el valor de la propiedad a lo largo del tiempo, es decir, terminamos destinando más recursos a su mantenimiento del que recibiremos al final.
Un tercer elemento adverso son los riesgos y volatilidad del mercado inmobiliario. Es cierto que en la mayoría de los casos las propiedades pueden aumentar su valor con el paso del tiempo, pero no hay una garantía de que esto ocurra en un lugar o momento determinado; nadie puede decirte a ciencia cierta cuánto valdrá un inmueble dentro de 10, 20 o 30 años, lo cual te pone en cierta desventaja con respecto a otros productos de inversión donde te especifican cuánto obtendrás en cierto tiempo.
Incluso, la minusvalía es un tema del que poco se habla en el sector inmobiliario pero sí existe. Se dice que con el tiempo generalmente los inmuebles valen más, pero hay propiedades que también han perdido valor debido a que se encuentran en zonas susceptibles a fenómenos naturales o de alto riesgo como sismos e inundaciones. Además, hay otros elementos que están fuera de nuestro alcance como la inseguridad o la calidad de servicios que también inciden de forma negativa.