Políticas urbanas para la conservación ambiental
“En los últimos años, México ha perdido alrededor de 500,000 hectáreas de bosques y selvas. El crecimiento urbano y mal manejo de riqueza natural del país ha mostrado un gran deterioro”. Así comienza el artículo "Se preservan las áreas naturales protegidas" de CÁMARA, Revista de la Cámara de Diputados, número 27, año 3/2013, p. 16.
Las áreas naturales protegidas, de acuerdo a la Comisón Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), son “porciones terrestres o acuáticas del territorio nacional representativas de los diversos ecosistemas, en donde el ambiente original no ha sido esencialmente alterado y que producen beneficios ecológicos cada vez más reconocidos y valorados”.
Según la institución (2012), el porcentaje de la superficies del territorio mexicano con dichas características es del 12.91%, con tendencia a decrementar. Estiman que para 2005, las superficies de manglar disminuirán entre 40 y 50%.
La importancia de estas áreas radica en que mantienen el equilibrio ecológico, esencial para el desarrollo de la biodiversidad y de la salud humana.
Bajo el conocimiento de tales implicaciones, se han puesto en marcha leyes para la conservación de reservas de la biósfera, parques nacionales, monumentos naturales, áreas de protección de recursos naturales y de flora y fauna, y santuarios; donde, entre otras, se autoriza la extensión de los polígonos de las áreas anteriormente mencionadas, así como controlar su invasión.
Por su parte, el Infonavit enfatizó durante el 6º Foro Internacional de Vivienda Sustentable, celebrado en octubre de este año en el WTC de la Ciudad de México, la importancia de 'recentralizar' las ciudades y detener el crecimiento exponencial desordenado hacia sus afueras.
Uno de los grandes problemas de la falta de atención al tema ha sido la ocupación ilegal del territorio con asentamientos irregulares, que muchas veces suceden en áreas ejidales sin el uso de suelo ni la infraestructura necesaria; sin mencionar que en innumerables ocasiones son áreas supuestamente protegidas.
Sucede que, la falta de oferta de vivienda digna dentro de la planeación urbana, de ética por parte de autoridades y desarrolladores, y de consecuencias dentro del marco legal, han inducido a la sociedad a tomar medidas propias.
Acciones como el fomento del turismo sustentable (aquel que cuida el ecosistema del emplazamiento y ofrece actividades recreativas y/o deportivas de bajo impacto ambiental), el desarrollo responsable, y la inserción de la visión antropológica (recuperación del sentido de identidad cultural), en conjunto con la normatividad adecuada y la conciencia colectiva, serán guías hacia un urbanismo respetuoso para el bienestar ecológico, y por tanto, social.
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* Directora de Proyectotal (proyectotal.com) y arquitecta por el Tecnológico de Monterrey.