La canasta básica llega a la obra
Investigadores del Instituto de Química de la UNAM, coordinados por Abel Moreno Cárcamo, realizaron estudios de bioquímica en cascarones de huevo de aves que condujeron a líneas de investigación cuyos resultados podrían utilizarse en el desarrollo de nuevos materiales, así como en aplicaciones biomédicas.
La casa de estudios afirma que los especialistas analizaron la formación de cristales en sistemas biológicos. El proceso conecta la parte inorgánica con la orgánica de los cascarones, donde se produce calcificación y formación de estructuras, expone el líder del proyecto.
Después de más de una década de trabajo los universitarios aislaron las proteínas relacionadas con estos procesos; ahora se encuentran en etapa de análisis, para que la actividad patológica pueda inhibirse.
Al examinar la formación de cascarones, concluyeron que su estructura podría aplicarse en el desarrollo de nuevos materiales. “No son sino cerámicas hechas de carbonato de calcio, estructuras que la naturaleza elaboró y que perfeccionó a través de la evolución”.
Los especialistas mexicanos colaboran con un laboratorio español y otro británico para rastrear los genes que codificaron las proteínas y predecir su estructura. El grupo de la UNAM también se propone desarrollar estudios de biomimética, ciencia que apenas se vislumbra en México y que “implica aprender de la naturaleza cómo se fabrican ciertas estructuras y crear nuevos materiales llamados biomiméticos o bioinspirados”.