Dos imperdibles del ecoturismo en México

Si de turismo ecológico se trata, México tiene todo para cumplir con los requisitos. El problema es que en ocasiones se construye en recintos naturales sin tener consideraciones arquitectónicas; es decir, el emplazamiento y las actividades ofrecidas pueden ser ideales, pero no las instalaciones per se.

Si se quiere vacacionar con una huella ecológica baja, es importante que el centro ecoturístico u hotel cumplan con ciertos criterios de diseño.

Un par de buenas opciones son Encuentro Guadalupe, en Ensenada, Baja California; y Rodavento, en Valle de Bravo.

Encuentro Guadalupe se localiza en la zona vinícola del Valle de Guadalupe, una zona rocosa y montañosa que se eleva por encima de la ciudad y ofrece una inigualable vista panorámica.

^{_{Tomado de encuentroguadalupe.com}}

El diseño, a cargo del  Arq. Jorge Gracia, de Graciastudio, está conformado por 20 Eco-Lofts de 20 m² cada uno, restaurante (con comida de autor), lobby bar, terraza, alberca, jacuzzi con pool bar, cava con sala privada de degustación y huertos orgánicos (de donde se obtienen los vegetales con los que se preparan los alimentos del restaurante 'Origen').

El proyecto se desarrolló bajo la premisa de afectar al mínimo al sitio. Para ello, las cabinas, o Eco-Lofts, se elevaron sobre estructuras de acero, por lo que no hubo necesidad de modificar el medio natural. Asimismo, el acabado aparente de acero (material con el que se forraron las cabinas) "a lo largo del tiempo va desplegando distintas tonalidades y se logra una armonía entre el medio y la obra", comenta Gracia.

Además de la convivencia con la naturaleza, en Encuentro Guadalupe pueden realizarse caminatas de montaña (dentro o fuera de los andadores peatonales), cabalgatas por los viñedos y ciclismo de montaña.

_{^{Tomado de encuentroguadalupe.com}}

El centro Rodavento, en Valle de Bravo, Estado de México, diseñado en 2003 por Gómez García Arquitectos, ofrece un programa más complejo, pues cuenta con 2 tipos de habitaciones (9 King Suites y 19 Suites), una Casa Club que alberga restaurant-bar, alberca, spa con 5 salas de masaje y 1 temazcal, salón para 40 personas de 63m² y auditorio para 120 personas de 150m²; y 15 hectáreas de bosque con rutas de bici, muro de escalar, cabalgata, campo de arquería, tirolesas y rappel, más un lago para kayakismo y surf.

Pero lo realmente interesante del complejo es su visión sustentable. Por ejemplo, se tuvieron grandes consideraciones para la conservación y el tratamiento del agua que se usa (en la parte baja de la cañada se ubica un estanque, cuya alimentación proviene de manantiales aledaños. Al alcanzar el nivel máximo del dique, el flujo acuífero continúa su camino hasta llegar al lago de Valle de Bravo) y se optó por una construcción en módulos para que cada uno se adecúe al terreno y así no afectarlo.

_{^{Tomado de gomezcrespoarquitectos.net}}

Se usó un lenguaje arquitectónico que dialoga con el entorno natural: estructuras de acero y madera sobrepuestas en el terreno, techumbres ligeras a base de lona tensada, cristal y materiales naturales. La permeabilidad y la ligereza fueron puntos de partida.

_{^{Tomado de hotelrodavento.com}}

Si bien ambas iniciativas son muy buenas, los nuevos desarrollos enfocados al turismo consciente deben considerar todas las ecotecnias posibles y más aún, los elementos bioclimáticos para consolidar verdaderos destinos "net zero".

 

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* Directora de Proyectotal (proyectotal.com) y arquitecta por el Tecnológico de Monterrey.