El Pritzker japonés que homenajea al barroco mexicano con un museo
El jueves se inauguró el Museo Internacional del Barroco de la ciudad de Puebla, un nuevo atractivo turístico y cultural diseñado por el arquitecto japonés ganador del premio Pritzker, conocido como el Nobel de arquitectura, en 2013, Toyo Ito.
La construcción se inició en agosto de 2014 y tras 17 meses ya se puede ver el resultado de este ambicioso proyecto.
Sus 11 salas, talleres de museografía y restauración, auditorio, tiendas, restaurante y lago artificial ocupan un espacio de 18,500 metros, todos ellos dedicados a albergar piezas barrocas de los siglos XVI, XVII y XVIII, así como expresiones contemporáneas de este movimiento artístico.
En la inauguración estuvieron presentes el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle; el secretario de Cultura del gobierno federal, Rafael Tovar y de Teresa, y el titular de la Secretaría de Desarrollo Social, José Antonio Meade.
Durante su mensaje, Moreno Valle indicó que éste es el primer proyecto cultural del país en recibir recursos del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) por un monto de 500 millones de pesos, pues el museo tuvo una inversión total de 1,742 millones de pesos.
En su intervención, Rafael Tovar y de Teresa expresó que el Museo Internacional del Barroco es una de las obras de la arquitectura universal más significativas que se alojan en el territorio mexicano.
Refirió que México se ha caracterizado por ser uno de los países con la mayor riqueza barroca del mundo, porque fue el país donde se dio el cruce de culturas españolas y originarias.
Con motivo de su inauguaración, Life&Style (que al igual que Obrasweb.mx pertenece a Grupo Expansión) habló con el afamado arquitecto Toyo Ito:
¿Cuál es la característica definitoria del Museo Internacional del Barroco de Puebla?
El barroco mexicano ha influido de forma notoria en mi trabajo. Las decoraciones artesanales primitivas hechas por los pueblos indígenas nos muestran lo extraordinaria que es la vida del ser humano. Por eso el proyecto del Museo Internacional del Barroco quiere expresar cómo la naturaleza y el medio ambiente que rodea el enclave pueden fundirse con el edificio, provocando un fuerte dinamismo entre ellos.
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México es una región con notable actividad sísmica, al igual que lo es Japón. ¿Cómo influye esto a su obra?
Soy consciente de que México es uno de los países que sufre más terremotos. Dado que en Japón la normativa antisísmica tiene unas condiciones extremadamente estrictas, me enfrenté al proyecto de México tal y como lo haría en Japón, por lo cual no supuso una especial limitación en el diseño.
¿Cuál es el primer recuerdo que conserva relacionado con la arquitectura?
Cuando tenía 16 años, mi madre le encargó al arquitecto Yoshinobu Ashihara la construcción de nuestra casa en Tokio. En aquel momento se me quedó grabado en la mente el significado básico de la profesión del arquitecto, pero no fue entonces cuando decidí serlo. Fue más tarde, a los 20 años, cuando entré en la facultad de ingeniería de la universidad y escogí sin ningún motivo en particular entrar en el departamento de arquitectura, quizá porque en aquella época se estaban construyendo equipamientos liderados por Kenzo Tange para los juegos Olímpicos de Tokio 1964. Una vez terminados los estudios de arquitectura en la facultad, tuve la oportunidad de entrar en el estudio de Kiyonori Kikutake, uno de los impulsores del movimiento metabolista, y trabajé con él durante cuatro años. Fue entonces cuando sentí por primera vez lo interesante que el diseño arquitectónico puede ser.
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Con información de Notimex.