Cuadra Urbanismo, tercer lugar de #10Despachos + disruptivos 2017
Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en la edición 531 de la revista Obras , 10 Despachos + Disruptivos, correspondiente a marzo de 2017.
Cuando el urbanista Manuel Padilla estaba recién graduado se sentaba a ver los parques que reconstruía la Secretaría de Desarrollo Social. "Eran lindos, agradables, pero a los dos meses ya estaban vandalizados", recuerda.
Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que la ciudadanía no era invitada a los procesos de diagnóstico, formulación, implementación y evaluación que realizan las autoridades (o al menos así debe ser) para recuperar espacios urbanos.
Resultado de esa preocupación nace Cuadra Urbanismo, el despacho que hoy dirige Manuel Padilla y que cofundó hace siete años. Todos los proyectos que desarrolla su equipo están enfocados en el urbanismo social, con la convicción de que las personas son sensores de información y que, para construir ciudad, primero se debe hacer de forma social y después con ladrillos.
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Uno de sus 'inventos' es su plataforma de cocreación de proyectos, en la que trabaja mano a mano con los vecinos. Dependiendo del ADN del desarrollo, el despacho define en qué va a consistir esa participación comunitaria: si la idea es construir una ciclovía, pueden trabajar en el diagnóstico; pero si se trata de un huerto comunitario, colaboran directamente en su ejecución.
Esto le ha valido ser el tercer lugar de los #10Despachos + disruptivos 2017 de Obras.
El despacho utilizó esta metodología para asesorar a las autoridades de Guadalajara en la ubicación de 86 estaciones de MIBICI, el sistema público de
bicicletas de esa ciudad.
Padilla y su equipo recibieron un mapa provisional de los puntos donde el gobierno pensaba localizar las biciestaciones y, acto seguido, se lanzaron a convocar a los vecinos para comprobar si ese plan inicial era el adecuado.
Proyecto de movilidad ordenada con participación de involucrados. Corredores comerciales en Guadalajara, Jalisco.
Como estrategia, decidieron que la convocatoria tenía que venir de los propios comunales no del despacho ni del gobierno, para ganar acceso. Se hicieron talleres en el lugar y la hora que los ciudadanos querían.
"Tienes que tener cierta flexibilidad cuando te vas a aventar la chamba de hacer diagnósticos participativos —comenta Padilla—. Nos enfrentamos a romper ese cascarón y a superar el escepticismo".
Cuando al fin se ganaron la confianza de los vecinos, les dieron la oportunidad de ser urbanistas durante seis meses, caminando por su barrio, reconociendo lugares seguros para después trasladar estas impresiones a un sistema de cartografía colaborativa.
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Después de 14 meses de trabajo, Cuadra Urbanismo le presentó su propuesta al gobernador de Jalisco. Difería en 65% del plano inicial que habían desarrollado las autoridades antes de la investigación. "Nos hace preguntarnos en cuántos porcentajes se han equivocado los gobiernos", dice Padilla.
La metodología que emplearon en la red de bicicletas también ayudó a recuperar espacios públicos. Por ejemplo, una de las estaciones se ubicó cerca de donde los vecinos decían que había una narcotienda.
Para la satisfacción de todos los involucrados, a un año y medio de que se instalara la estación, el establecimiento desapareció y se instaló un café en la calle.
Ése es realmente el fin principal de la firma que encabeza Padilla: devolverle a las comunidades lo que es suyo. El equipo, que está integrado por psicólogos urbanos, geógrafos, fotógrafos, urbanistas, audiovisuales, diseñadores gráficos y politólogos, también puso en práctica su metodología en el proyecto Pintemos México, que desarrolló con el Infonavit.
La iniciativa consistió en que ciudadanos de cerca de 26 estados se unieran para pintar murales durante dos años, no únicamente con el fin de embellecer la ciudad, sino para crear espacios de diálogo con las comunidades e involucrarlas.
Aunque el despacho ha conseguido instaurar sus procesos en varios proyectos, no ha sido fácil convencer a las autoridades de que la intervención ciudadana sea una necesidad.
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Para la segunda etapa de MIBICI, Cuadra Urbanismo no fue contratado por las autoridades. Padilla desconoce el motivo detrás de esta decisión, pero sospecha que tuvo que ver con un tema de ahorro.
Hoy, Padilla y su equipo utilizan su plataforma para un plan de renovación del centro de Colima, pero su ambición va mucho más allá. Pretenden extender su proyecto sistemáticamente, para que la participación vecinal esté presente en otras áreas. "Cualquier problema se puede convertir en una solución", asegura.
FOTOS: Cortesía del Despacho
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