La modificación de la mayoría de los espacios en donde conviven varias personas, como las oficinas, es inevitable con la reanudación de actividades cuando aún hay riesgo de contagios de coronavirus COVID-19.
Como solución para reducir el riesgo, las empresas y despachos de arquitectura han entablado estrategias que van desde reducir el aforo de personas con horarios escalonados, a hacer diseños completamente novedosos y enfocados en no tener contacto con las personas. Uno de ellos es la cápsula hermética Q.workntine del arquitecto egipcio Mohamed Radwan.
Se trata de un módulo hexagonal en el que cabe un escritorio, silla y cajonera para que los trabajadores puedan laborar en el mismo lugar que sus colegas, pero de forma aislada. En su interior hay sistemas inteligentes como reconocimiento facial y purificadores de aire.
Para crearla se utilizaron materiales no porosos, para ayudar a desinfectar y limpiar, acciones fundamentales en la prevención del contagio del coronavirus.
Las estaciones se pueden instalar de manera aislada o ensamblar una al lado de la otra o en círculos de trabajo, como colmena, gracias a su figura geométrica. También se puede modificar y extender, dependiendo de las necesidades de la compañía.
La propuesta fue premiada en DNA Paris Design Award 2020 en la categoría de diseño de producto.