Una fusión de estilo tradicional y urbano converge en este inmueble recién inaugurado en Mérida, donde la recuperación histórica y la sustentabilidad son el eje rector.
Una casona art déco que data alrededor del año 1940, ubicada en una de las avenidas más importantes del primer cuadro de la ciudad de Mérida, Yucatán, es el corazón de este hotel del consorcio Mundo Imperial, propietario de otros desarrollos en Acapulco, Guerrero, como Princess, Pierre y Palacio.
La nueva edificación fue diseñada de tal manera que “abraza” al inmueble antiguo, una vivienda unifamiliar que tras el fallecimiento del propietario quedó en desuso, ya que su última voluntad fue que sus herederos no la ocuparan, sino que la vendieran.
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En lugar de conservar aislada la casa que pertenecía a la familia Pasos Peña, considerada patrimonio histórico, y edificar otro inmueble adjunto como hotel, el proyecto arquitectónico consistió en fusionar ambas construcciones con dos estilos en comunión.
Al mismo tiempo, conservar la vegetación endémica ya existente fue esencial para el concepto verde como sello distintivo de este espacio de hospitalidad. Dentro de los árboles recuperados del espeso jardín central, el de huaya (fruta tropical de sabor agridulce, redonda y pequeña) ganó tanto protagonismo que dio nombre en maya al hotel: Wayam.
El diseño arquitectónico fue realizado por el despacho meridense Álvaro Ponce y el regio Lol Arquitectos; ambos con la visión de respetar la vegetación e integrar la casa antigua al proyecto.
Es un hotel abierto a la naturaleza, que llena de sensaciones de tranquilidad, con muchos rincones para relajarse, pensado en distintos tipos de huéspedes, reflexiona el arquitecto Álvaro Ponce.
“Escogimos a estas dos firmas porque nos gustaron mucho sus propuestas, decidirse por alguno era difícil, por lo que convenimos que ambos participaran en el proyecto de manera coordinada y funcionó muy bien. Lol Arquitectos integró el diseño urbano, mientras que Ponce impregnó la esencia meridense que puede apreciarse en los pisos, las puertas, los bajareques y las celosías, entre otros elementos de la zona”, explica David Burckle, director operativo de Wayam Mundo Imperial.
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Aun siendo un diseño vanguardista que evoca estructuras metálicas, por ejemplo, en las líneas rectas del inmueble y los clósets, recupera la calidez de un ambiente tradicional. En gran parte del diseño de Wayam está incluida la proporción áurea, argumenta el directivo.
Precisamente, uno de los mayores retos constructivos que destaca Ponce son los tapetes de piedra bola de las terrazas, diseñados con base en la sucesión de Fibonacci.
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Sinergia con la naturaleza
El inmueble tiene una superficie construida de 6,500 metros cuadrados (m2) en cinco niveles, además del estacionamiento subterráneo. Al interior 52 suites de lujo dan vida al hotel, divididas entre júnior, máster simple, máster plan y máster premium, que abarcan desde 50 hasta 85 y casi 200 m2.
“Además de ser muy espaciosas, las habitaciones tienen una distribución muy urbana y todas cuentan con un amplio balcón que permite una conexión con la naturaleza”, acota Burckle.
El jardín central es la vista que puede apreciarse desde los balcones. En el tiempo en el que fungió como casa, había una gran cantidad de árboles, un huerto familiar y una granja. Ahora el huerto está en la entrada al conjunto de hospitalidad.
En el cuarto nivel se localizan la alberca con vista panorámica, además de un café-bar y el restaurante Cuna, el cual ofrece cocina de autor del chef venezolano Maycoll Calderón.
Ambientación cálida
En el diseño interior de las habitaciones destaca la selección de muebles modernos, ligeros y confortables, en donde la madera y las telas son los protagonistas centrales. Asimismo, las lámparas de vidrio moldeado brindan una sensación de calidez.
Parte de la decoración son las paredes que tienen una textura con tonos verdes que recuerdan a la naturaleza y, al mismo tiempo, brindan una sensación de relajación.
Como parte de las obras que envuelven estos ambientes se encuentran piezas del artista michoacano Carlos Marín, modeladas en barro y acrílico, inspiradas en la tierra, el hombre, la naturaleza y su entorno.
En la selección de artículos decorativos, blancos y amenidades destaca la participación de la interiorista meridana Cristina Hernández.
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Diseño sustentable
Este inmueble se encuentra en proceso de obtener la certificación LEED. Por ello, entre muchas especificaciones de cuidado ambiental con las que cumple, destaca que ninguna ventana tiene la orientación al poniente para evitar el calentamiento durante el atardecer, éstas tienen doble vidrio para reducir el paso del calor y existe un sistema de renovación del aire.
A través de un sistema de ventilación se toma aire fresco del exterior para inyectarlo a las habitaciones, de tal manera que nunca recircula el mismo, con lo que ayuda a disminuir el riesgo de contagio por Covid-19 y la saturación de dióxido de carbono. “Al estar todo el perímetro rodeado de árboles y plantas, tenemos un gran filtro natural”, comenta el director operativo.
Asimismo, existen dos fuentes de agua que ayudan a crear un microclima en donde cualquier partícula nociva es oxidada.
Aunado a ello, el hotel —inaugurado el pasado 10 de julio— aplica las nuevas políticas de higiene, protección y prevención a través del programa Imperial Clean, que cumple altos estándares de limpieza y desinfección basados en normativas turísticas internacionales y nacionales, con apego a las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno de México y la Secretaría de Turismo del Estado de Yucatán.
Por otra parte, el sistema fotovoltaico instalado permite ahorrar 20% del consumo energético y sensores de presencia para en encendido de lámparas en baños y pasillos.
Como parte de la temática holística y con el objetivo de llevar al huésped a un estado de armonía y reconexión con el entorno, cuidando la naturaleza del agua y teniendo como principio al líquido vital, el hotel cuenta con tres sistemas de tratamiento en todos sus servicios.
El primer sistema, conocido como Flow Form, fue utilizado en el diseño de las fuentes en jardines, el cual crea movimientos en el agua en infinito que hace que ésta recupere información para depurarse; el segundo es conocido como Estructurador, mismo que somete el agua a presiones y movimientos que permiten la oxigenación en ésta, recupere la memoria de su naturaleza y se vuelva estructurada para originar cristales, y un mecanismo que funciona con base en impulsos electrónicos que transforman las sales minerales del agua, haciéndola más ligera y suave al contacto.
Para el viajero de negocios, el edificio cuenta con salas ejecutiva para reuniones y un auditorio para albergar hasta 100 personas, así como personal capacitado para atender grupos, convenciones y eventos.
En cambio, los huéspedes que buscan una experiencia de placer en la ciudad más segura de México, vivirán el lujo y la atención personalizada en un ambiente inspirado en contrastes y detalles sutiles, con un equilibrio entre seguridad y confort.