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La arquitectura: ¿más cerca de la medicina que de las Bellas Artes?

El diseño de espacios puede ayudar a sanar por su relación con la cognición, de acuerdo con Juan Carlos Baumgartner, uno de los pioneros en el uso de la neuroarquitectura.
mar 20 diciembre 2022 05:00 AM
Juan Carlos Baumgartner la entrevista
Juan Carlos Baumgartner es fundador del despacho spAce.

¿Cómo hacer que a través del diseño arquitectónico, un niño con déficit de atención pueda aprender mejor y de manera más tranquila? La respuesta es trabajada por el arquitecto Juan Carlos Baumgartner, uno de los pioneros del uso de la neurociencia en la arquitectura y quién de la mano del equipo de su despacho spAce y de un laboratorio en Canadá busca la manera en la que se pueda sanar a las personas a través del espacio que las rodea.

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“Tal vez tendríamos que estar más cerca de la medicina que de las Bellas Artes”, dice el arquitecto, quien en los últimos 10 años ha aplicado los descubrimientos de la relación entre la cognición y los lugares que habitamos en los diseños que elabora, método conocido como neuroarquitectura.

“Durante mucho tiempo se asumió que pensábamos con el cerebro, pero recientemente se dieron cuenta de que también lo hacíamos con el cuerpo y, por lo tanto, con las herramientas y espacios que nos rodean” agrega en entrevista con Obras.

Para lograr que los espacios sanen, el primer paso es hacer que dejen de hacer daño, por lo que se deben analizar los mecanismos del dolor.

De acuerdo con el experto, también especializado en futurismo, científicos han descubierto que existen al menos tres dolores que utilizan el mismo mecanismo que utiliza el dolor en el cerebro, aunque que son más difíciles de ser perceptibles porque no hay un estímulo físico, “pero tiene las mismas consecuencias. Estas son el aburrimiento, la falta de estética y la falta de socialización”, detalla el autor de Office As a Tribe. Sobre el futuro más humano de las oficinas.

Juan Carlos Baumgartner, fundador de despacho spAce
Juan Carlos Baumgartner, fundador del despacho spAce

Estos elementos se pueden ver en tipologías arquitectónicas comunes en los lugares de trabajo tradicionales o en los salones de clases, en donde se carece de estímulos y se busca la poca interacción entre quienes los habitan.

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Usar neuroarquitectura para mejorar estos lugares, puede ayudar a incrementar la felicidad de las personas, creatividad y mejorar su relación con el conocimiento.

Su utilización se desarrolla de manera lenta en México, “somos un gremio al que no le gusta que nos vengan a cuestionar 200 años de la definición de arquitectura y de cómo hacerlo, no somos muy interdisciplinares, por lo que creo que le está costando abrirse a que la ciencia tendría que estar muy involucrada”, explica el arquitecto, quien recientemente publicó una masterclass en la plataforma de Construlita.

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