Mauricio Rocha y el reto de convertir una ensambladora en cine

“Esta sección pasará a ser de uso militar a cultural, con un reciclaje de edificios que hace que la inversión económica por metro cuadrado de cada uno de los espacios sea menor que si se hubiera construido de principio. Nos da una nueva manera de entender la arquitectura”, dice Mauricio Rocha, a cargo del proyecto.

Las nuevas salas de cine estarán en una zona antes gris para la población de alrededor, debido a que su existencia era casi desconocida por estar cerrada a la mayoría de las personas y por el lugar al que se encuentra, entre barrancas y calles empinadas, pero ahora dotará de un espacio público necesario y escaso al pueblo de Santa Fe.

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La rehabilitación de este lugar, que forma parte de todo el proyecto de mejora y ampliación del Bosque de Chapultepec, ha sido un arma de doble filo para Mauricio Rocha, arquitecto a cargo del proyecto y quien ha estado involucrado en todo el plan del parque, ya que aunque el impacto al medio ambiente es menor por no tener que demoler y construir de nuevo, las intervenciones que requiere el edificio para que pueda funcionar de forma óptima son complejas.

El plan es hacer un cine con ocho salas, de las cuáles seis son interiores con capacidades de 100 a 200 personas y dos más exteriores, además de una pantalla para que 400 personas puedan ver proyecciones al aire libre, pero ¿cómo lograr que tengan ventilación y acústica para que todos los visitantes vivan la mejor experiencia?

“Lo interesante de esa intervención, desde el punto de vista sustentable, tiene que ver con poder aprovechar una preexistencia, reforzarla y mejorarla, pero al ser esta gran ensambladora, hacer un aire acondicionado para toda ella hubiera sido profundamente costoso”, ejemplifica el arquitecto.

Para resolver este reto y el de la acústica, el plan fue hacer todas las salas de forma independiente en lugar de plantear un esquema “tradicional” en donde una está pegada a la otra, compartiendo muros. De esta forma, el sonido no se mezclará y los sistemas de ventilación funcionarán de forma más eficiente al ser individuales.

Esta distribución tiene otra ventaja: el viento cruzado. El arquitecto cuenta con obras que lograron liberar fachadas al edificio y sustituirlas por cristal, lo que además de mostrar el bosque desde dentro, deja que la brisa pase y circule entre los pasillos de las salas. También contribuye a la parte sustentable, ya que a mayor iluminación natural, menor gasto energético.

En esta misma vertiente, Mauricio Rocha, fundador de Taller de Arquitectura, usó materiales nacionales cercanos y de bajo mantenimiento, como el mármol travertino de Jalapa, así como madera reciclada.

El proyecto, que contará con dos niveles, también tendrá zonas de alimentos y librerías, así como un bar, dulcerías, terrazas, foros y laboratorios, tendrá un costo final de 135 millones de pesos.

Los visitantes de la nueva Cineteca Nacional, que se planea comience a operar este 2023, encontrarán al inmueble en una “isla”, ya que la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec está a lado del río Tacubaya y de manantiales. Para llegar habrá accesos en todas las avenidas aledañas (aunque aún no se definen) así como una estación de la tercera ruta del Cablebús.

En la zona también podrán visitar la ermita Vasco de Quiroga y la Bodega Nacional de Arte.

“Estoy feliz de saber que soy parte de un grupo que transformó un espacio militar en un espacio de cultura con un espacio público que no tenían las colonias alrededor de este sitio, y que esto, sin duda, es un gran elemento que tiene la Cuarta Sección, que además se suma a algo que sí será histórico, que es que las cuatro secciones de Chapultepec estarán unidas”, dice Mauricio Rocha.