Obras Insignia: la Torre BBVA

En el trayecto que va en camino al centro, inmediatamente después de la Puerta de los Leones del parque, está la Estela de Luz, monumento a la Independencia mexicana que fue eclipsado por una construcción que duplica su estatura: la Torre BBVA.

Ver completo el edificio es casi imposible. Alejarse lo suficiente para ver la punta, en donde están las letras “BBVA”, hace que otros edificios, árboles y hasta personas oculten la base. Y al acercarse, para ver las puertas de cristal que están en la recepción, se necesita doblar el cuello casi en 90 grados para intentar ver lo más arriba posible, aunque nunca alcanzando la punta.

Pero el inmueble, uno de los más altos no solo de la capital del país, sino de todo México, es algo más que un rascacielos llamativo en uno de los corredores corporativos más dinámicos de la ciudad.

¿Quién diseñó la Torre BBVA?

Es una obra del despacho británico Rogers, Stirk, Harbour + Partners y de la firma Legorreta, herencia de uno de los arquitectos mexicanos más famosos en la historia: Ricardo Legorreta, cuyo estilo está plasmado en toda la fachada del inmueble y se caracteriza por el uso de colores vibrantes; “solamente en México puedes hacer una torre morada”, dijo a Obras Miguel Almaraz, director del proyecto y socio de Legorreta, en 2017, cuando la torre ganó en la categoría Edificación de Obra del Año.

Pero este no es el único guiño no solo al estilo del aclamado arquitecto, sino a la mexicanidad. Unas escaleras rosa mexicano y amarillo canario, que están en el interior pero se pueden ver a kilómetros de distancia, combinan con una cuadrícula de aluminio que tiene la función de dar distintas cantidades de iluminación en las diferentes caras del prisma, pero que también busca emular el papel picado.

Sus 50 pisos con 235 metros de altura tienen cada uno otro guiño a la cultura del país, ya que en ellos se distribuyen tres jardines que cuentan con colores y vegetaciones diferentes, alusivos a los paisajes del Valle de México, de acuerdo con el arquitecto participante en la obra.

Seguridad en la Torre BBVA

El inmueble, que requirió una inversión de 650 millones de dólares, a pesar de ser alto y estar en una zona sísmica, es resistente, ya que cuenta con una estructura flexible que le permite moverse 1.60 metros, además de una estructura casi sin columnas. La fuerza se concentra en la estructura externa que absorbe la energía sísmica.

Pero la Torre BBVA, que de noche se enciende y se convierte en casi una pantalla que se logra ver en toda la zona centro de la capital del país, no sólo es segura contra temblores. El banco pidió a los arquitectos que fuera capaz de soportar hasta un coche bomba, por lo que el edificio entero podría ser capaz de mantenerse en pie incluso sin una columna.

En cuanto a incendios, cumple con las normas nacionales y con internacionales, por lo que tiene cuatro elevadores solo para bomberos y presurización en los del público en general.

Sustentabilidad del edificio

La Torre BBVA tiene certificación LEED Platino que garantiza que a pesar de sus dimensiones y operaciones, tiene un consumo energético sumamente bajo, ya que es alimentado de energía eólica y se combina con iluminación LED que reduce el gasto hasta 40%.

También capta agua de lluvia y reutiliza las residuales y grises en riego, con lo que el consumo de ésta se reduce 80.5% en comparación a como gastaría un inmueble de sus dimensiones, pero sin esta estrategia.