Tijuana en 2024 es sinónimo de oportunidad. Para las empresas de estar en una de las zonas más codiciadas de México, para la industria de aprovechar el boom por las naves que han elevado su precio para ser las segundas más caras de todo el país y para el diseño de crear una mejor ciudad bajo una nueva filosofía: pensar no solo en el usuario, sino en la humanidad.
El nuevo diseño va del usuario a la humanidad
Este es el estandarte del World Design Capital, el reconocimiento que da la World Design Organization a una ciudad en el mundo cada dos años y que en esta ocasión comparten Tijuana y San Diego, no solo por lo que tienen que ofrecer en materia de diseño en la actualidad, sino por los problemas a resolver y el potencial futuro.
Diseño para todo y todos
Para Jorge Francisco “Jofras” Sánchez, artista y profesor de Cetys Universidad, el evento es la oportunidad de mostrar cómo el diseño se ha transformado a ser un ente multidisciplinario, que tiene injerencia en todos los ámbitos de una urbe.
El diseño antes se concebía como una actividad pensada en la mejora de objetos, pero de a poco pasó a ser herramienta para aumentar el bienestar de las personas y, en la actualidad, ya se le reconoce como ente transformador de la sociedad.
Un ejemplo es la salud. En Tijuana, la organización Centro 32 creó el psicomóvil, un programa de clínicas móviles que ofrecen servicios de salud mental a comunidades migrantes que se asientan en el estado y quieren cruzar a Estados Unidos.
O el Camino Verde, un asentamiento irregular de obreros que llegaban a trabajar a las fábricas del municipio, pero que ante una escasa oferta de vivienda accesible tuvieron que recurrir a la autoconstrucción en lugares no regulados.
En la actualidad, a través del diseño urbanístico la colonia está en un proceso de mejora. Se crearon parques lineales, espacios públicos, centros deportivos, y una biblioteca digital que han ganado premios internacionales, pero que el mayor éxito es que transforma las vidas de las personas.
Aunque el problema no ha sido del todo resuelto y con el crecimiento de la industria por el nearshoring, que en consecuencia trae el aumento de la demanda de vivienda, el diseño tiene la oportunidad de prevenir.
La metodología propuesta por Don Norman, pionero del diseño emocional, engloba cinco principales ejes:
Atender el problema de raíz
Encuadrar al ecosistema humano
Enfoque sistémico de largo plazo
Refinar los diseños para las personas
Diseñar para las comunidades
En este elemento, Jorge Francisco Sánchez agrega que las comunidades se deben convertir en co-creadoras del diseño de las ciudades que habitan debido a que son quienes conocen qué problemáticas que se deben resolver, por lo que en las actividades planeadas para el WDC de este 2024, se busca integrar a la comunidad para pensar en cómo crear una nueva ciudad.