Un domo multicolor revive a la unidad habitacional más icónica de CDMX
El despacho de arquitectos AMASA Estudio rehabilitó una zona común de la unidad Infonavit Iztacalco, lo que devolvió la vocación de socialización al primer espacio creado por el instituto de vivienda.
Lo que durante 20 años fue una estructura metálica oxidada e inconclusa, hoy es un colorido domo que alberga actividades desde clases de box hasta acrobacias aéreas en la Unidad Habitacional Infonavit Iztacalco (UII), la más emblemáticas de la capital mexicana al ser la primera del instituto en la Ciudad de México y que cuenta con más de 22,000 habitantes en sus 5,000 viviendas.
Esta transformación nació de una iniciativa del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), quien convocó en julio de 2023 a una licitación para intervenir cuatro unidades habitacionales icónicas en la Ciudad de México: CTM Culhuacán, Doctor Ignacio Chávez en Tlalpan, y Santa Fe IMSS en Álvaro Obregón.
El despacho AMASA Estudio, en colaboración con la constructora Desarrolladora de Ideas y Espacios del arquitecto Alberto Cejudo, resultó ganador de esta convocatoria, con la oportunidad de diseñar y ejecutar proyectos para recuperar espacios comunes deteriorados por el tiempo y la falta de mantenimiento.
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Un lago que desapareció, un domo que renació
La intervención va más allá que una mejora en una explanada. El espacio en donde ahora se encuentra el domo multicolor tiene una historia particular que los arquitectos investigaron a fondo para presentar su propuesta.
La unidad fue creada con el objetivo no solo de dar vivienda a los trabajadores, sino de ofrecer una mejor calidad de vida.
"Diseñada y construida como la cumbre de los principios arquitectónicos de la modernidad que trataba de integrar la vialidad peatonal, la socialización con sus áreas comunes, una escala y distribución más “humana”, es heredera de los desarrollos de la invención de los multifamiliares y las supermanzanas en México creadas por Mario Pani a partir de los principios funcionalistas de Le Corbusier y la Carta de Atenas", define el archivo vecinal.
Pero esta creación de socialización quedó limitada con eventos posteriores y el poco mantenimiento que derivó en su abandono.
En 1979, lo que hoy es un parque era originalmente un lago artificial que se drenó tras el terremoto de ese año debido a una falla geológica que atraviesa toda la zona.
La UII fue la primera unidad del Infonavit.(Foto: Museo Archivo de la Fotografía.)
"Cuando se diseñó la unidad, todo ese parque era un lago artificial enorme. En el 79con el temblor se fisuró y drenó todo el lago. Entonces había hasta carpas", explica Andrea López, cofundadora de AMASA Estudio, quien junto con su socio realizó un análisis del sitio para entender cómo funcionaban estos espacios.
No fue hasta 2004 cuando las autoridades de la delegación Iztacalco rescataron la zona y la convirtieron en parque donde sembraron árboles.
Como parte de ese proyecto se construyó la estructura metálica del domo que quedó inconclusa hasta 2023, año de inicio de lanzamiento de la estrategia del Infonavit, en colaboración con la Prosoc (Procuraduría Social de la Ciudad de México). Durante esas dos décadas, el esqueleto metálico sin terminar se oxidó y deterioró, y se convirtió en un monumento al abandono justo en el centro de la unidad.
El resultado afectó la vida de los residentes, quienes no sólo no podían ocupar el espacio durante la lluvia y el sol, sino que tenían que ver diariamente esta estructura.
"Lo único que generaba era el coraje de que dejaron el domo inconcluso. ¡Imagínate! Durante 20 años se quedó ahí completamente abandonado", comenta Agustín Pereyra, socio fundador de AMASA Estudio.
En el pasado se intentó hacer un domo para dar sombra, pero el esfuerzo quedó inconcluso.(Foto: Amasa Estudio)
Rehabilitar con presupuesto limitado y soluciones creativas
Cuando llegó la oportunidad de intervenir este espacio a través de la licitación de Infonavit, el proyecto presentó diversos desafíos técnicos y presupuestarios. El concurso, que funcionaba bajo el esquema "llave en mano", es decir, contemplaba el diseño y la ejecución completa con un presupuesto fijo.
Para cubrir la estructura existente, Infonavit asignó 300 pesos por metro cuadrado, una cantidad considerada "bajísima" por los arquitectos, lo que los obligó a buscar soluciones creativas y eficientes.
"Lo que hicimos fue una cuestión de eficiencia de recursos. Se nos ocurrió que en lugar de cubrir la bóveda, resolvimos que la manera era cubrirla con un plato. Porque obviamente en plano son menos metros cuadrados que si contemplas una esfera", detalla Andrea López. Esta decisión permitió duplicar el presupuesto disponible por metro cuadrado y asegurar su conclusión.
La solución de AMASA Estudio fue crear una cubierta plana para reducir el costo de la estructura.(Foto: Amasa Estudio)
Además de la solución estructural, el aspecto estético fue cuidadosamente considerado. Se diseñó una cubierta multicolor con lámina pintro, con la mente en cuenta que sería la vista principal desde los edificios circundantes.
"No podíamos ponerles una cubierta de color blanco porque es lo que van a ver todo el día. Entonces ahí hicimos esta propuesta de este multicolor de la cubierta, porque básicamente es la vista que tienen todos los edificios que están ahí vecinos", explica Pereyra. Esta decisión estética transformó un problema funcional en una oportunidad para aportar color y vida al entorno urbano.
La inclinación de la cubierta también fue una decisión técnica con propósito múltiple: facilitar el escurrimiento del agua y minimizar la necesidad de mantenimiento, un factor fundamental al considerar las limitaciones presupuestarias de las unidades habitacionales.
El proceso de trabajo para este proyecto fue intenso y se desarrolló en plazos ajustados. La convocatoria de la licitación se publicó en julio de 2023, y la entrega de los proyectos conceptuales se realizó en agosto del mismo año. Los resultados se anunciaron en octubre, y el desarrollo de los proyectos ejecutivos comenzó en noviembre.
La estructura está hecha para funcionar con mínimo mantenimiento y perdurar con el tiempo.(Foto: Amasa Estudio)
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Para esta licitación, los participantes debían presentar propuestas conceptuales para dos de las cuatro unidades habitacionales, junto con una propuesta económica para todas. "El concurso tenías que presentar los dos más complicados de cada tipología, que básicamente era Iztacalco y el de Santa Fe", explica Andrea López.
Los proyectos ejecutivos se entregaron en marzo de 2024, y las obras comenzaron en mayo. La construcción del domo de Iztacalco se completó en solo cuatro meses, con una inauguración en septiembre de 2024 en la que el entonces jefe de gobierno, Martí Batres, anunció que esta intervención tuvo una inversión de 14 millones de pesos.
"La constructora financió todo porque Infonavit da su primer pago hasta que entre el primer pago de obra. El proceso de desarrollo ejecutivo lo pagó la constructora, lo financió de alguna manera y hasta que se arrancó la obra fue que empezó a tener el flujo de recursos para poder hacer todo", explica Pereyra.
En los domos se dan clases y realizan actividades culturales para infancias.(Foto: Diana Zavala)
Un centro de actividad comunitaria
El impacto del proyecto fue inmediato. La rehabilitación del domo cambió no solo el aspecto físico del espacio, sino también su uso y significado para la comunidad.
Lo que antes era una plancha de concreto expuesta al sol, incómoda e inutilizable, ahora es un punto de encuentro que alberga diversas actividades durante la mayor parte del día y es un sitio de encuentro y esparcimiento para la unidad habitacional.
Raymundo Vega, residente de la alcaldía acude a la unidad a hacer ejercicio y logra ver la transformación positiva de la intervención. "El domo estuvo bien, porque en la noche se lo ocupan mucho. Por lógica que en lluvia, en sol, ya sirve para muchas disciplinas".
Sin embargo, para Gregorio Rodríguez todavía hay aspectos pendientes en la gestión de los espacios públicos, ya que considera que se deberían agregar más espacios comunes. "No hay un parque para perros. Las mismas personas, simplemente porque no quieren que se les molesten los perros, los sueltan y van ocupando todo el parque".
El atractivo del espacio renovado trasciende a los residentes de la unidad, lo que atrae también a personas de zonas aledañas.
El despacho de arquitectura volvió y se encontró con actividades en el domo.(Foto: Amasa Estudio)
Agustina Pachico, quien comenzó a visitar la zona después de la instalación del domo, destaca tanto la estética como la funcionalidad del nuevo espacio: "Antes no veníamos, pero se ven muy bonitos y dan sombra. Hacen aquí teatros con muñecos de peluche. Cada vez que hay vacaciones o, por ejemplo, en diciembre, aquí hicieron teatro, vinieron muchos niños y dieron regalos".
Para verificar el impacto real del proyecto y documentar su uso, siete meses después de su inauguración en septiembre de 2023, el equipo de AMASA Estudio realizó un seguimiento.
Los resultados superaron sus expectativas. "Se nos ocurrió ir un domingo a registrar a ver cómo se usaba. Y la verdad es que es una cosa increíble, porque se utiliza de diversas maneras. En la mañana, personas que hacen danza aérea, tenían ahí sus pañuelos colgados, haciendo gimnasia. Después llegaron unas personas a bailar, llegan chavos a patinar", comenta Agustín Pereyra.
Esta diversidad de usos espontáneos demuestra la flexibilidad y apropiación del espacio por parte de diferentes grupos.
La comunidad se ha ordenado para ocupar el espacio.(Foto: Diana Zavala)
El desafío del mantenimiento en las unidades habitacionales
Uno de los mayores retos para proyectos de este tipo en unidades habitacionales es el mantenimiento a largo plazo para cubrir las necesidades básicas, y mucho menos para mantener las áreas comunes.
"En las unidades habitacionales uno de los grandes problemas que tienen es que por las dimensiones, muchas veces los presupuestos participativos o algunos formatos de apoyos gubernamentales son completamente insuficientes. Son paliativos muy pequeños para arreglar ciertos aspectos que pueden estar funcionando mal, pero finalmente no alcanza para poder darle un cambio a la fisonomía de las unidades", señala Pereyra.
Esta situación se complica por las prioridades que establecen los mismos residentes. "Si hay recursos, la gente preferiría de alguna manera meterlo a otro tipo de arreglos. A veces es como 'necesitamos arreglar las bombas, necesitamos arreglar las tuberías'” añade Andrea López.
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Sin embargo, el proyecto fue diseñado con estas limitaciones en mente. "Una de las cosas que nos pedía la licitación y que sí procuramos que sucediera es que fuera de súper bajo mantenimiento", explica López. La inclinación de la cubierta, los materiales seleccionados y hasta la consideración de posibles grafitis fueron parte de las decisiones de diseño para minimizar la necesidad de mantenimiento.
A pesar de estos desafíos, los vecinos muestran apropiación del espacio. "Los vecinos barren, salen y barren. Es un área común, es de todos y es de ellos", comenta Andrea. "Hay una respuesta de parte de los vecinos de procurar que esté en buenas condiciones. Su primera herramienta de aportación para que el lugar esté bien es ir a limpiarlo. Esa respuesta me parece increíble".
El espacio se creó alrededor de un centro de espacios para crear comunidad en la unidad.(Foto: Amasa Estudio)
Espacios comunes que funcionan como públicos
Una característica particular de unidades habitacionales como Infonavit Iztacalco es que, aunque sus áreas comunes son técnicamente propiedad privada, funcionan como espacios públicos para toda la zona circundante. Esta dualidad representa un reto y una oportunidad para el diseño y gestión de estos espacios.
En el caso específico de Iztacalco, este fenómeno es evidente: "En este caso ese parque acaba siendo una área común porque le pertenece a la unidad, pero es un parque al que va toda la zona. Es un parque que finalmente es de uso público".
Esta doble naturaleza de los espacios representa un reto adicional para el mantenimiento, pero también una oportunidad para la integración social.
Las unidades habitacionales abiertas como Iztacalco desempeñan un papel crucial en el tejido urbano de la ciudad, por lo que la intervención en estos espacios no solo beneficia a los residentes directos, sino también a los habitantes de las zonas aledañas.
"Son unidades abiertas, toda la gente puede transitar a través de ellas (...) unidades en las que sus áreas comunes terminan siendo como espacios públicos".