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Una solución natural a la saturación del AICM

OPINIÓN: El Aeropuerto Internacional de la Cuidad de México está cerca de su saturación, pues sus pistas no permiten operaciones simultáneas.
lun 05 agosto 2013 05:52 PM
Columna Antonio Toca (NUEVO)
Columna Antonio Toca (NUEVO) - (Foto: Archivo Obras)

Pese a que en México se ha avanzado en la consolidación de una red nacional de flujo aéreo de pasajeros y de carga, aún existen problemas porque el flujo se concentra en algunos puntos, en tanto que otros no tienen suficientes conexiones. 

Las estadísticas de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) muestran que el Aeropuerto Internacional de la Cuidad de México (AICM) –el de mayor tráfico en el país– está cerca de su límite de saturación, porque sus dos pistas no permiten operaciones simultáneas. En 2012 movilizó 29.5 millones de pasajeros y se prevé que para 2014 sean 32.

Como cualquier sistema de flujo, el aéreo debe evolucionar y mejorar su diseño para facilitar la circulación, pues de no hacerlo se vuelve ineficiente y puede paralizarse: los ríos se estancan, las arterias se infartan y los pulmones se colapsan. Esa es la difícil situación que enfrenta el AICM.

Aunque a menudo no se reconoce, todo lo que se mueve, sea animado o inanimado, es parte de un sistema de flujo que genera, con el paso del tiempo, un diseño para facilitar su movimiento. Hasta hace poco se consideraba que la forma de ríos, árboles y aun de nuestras redes neuronales o sanguíneas era producto del azar. No obstante, ese desorden aparente tiene una explicación: la naturaleza tiene configuraciones que obedecen a un principio con el que puede predecirse su evolución.

Adrian Bejan, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, y uno de los ingenieros más citados por el Instituto para la Información Científica (ISI), desarrolló la ‘Ley constructal del diseño en la naturaleza’. 

Esta ley se resume así: “Para que un sistema de flujo de tamaño finito persista en el tiempo, su configuración –diseño– debe evolucionar de tal manera que brinde un acceso fácil a las corrientes que fluyen a través de él” (Design in Nature, Doubleday, 2013).

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Así, resulta sorprendente que en México aún no se aplique esta misma ley al transporte o al abasto, si se toma en cuenta que son sistemas de flujo.

Por eso es inexcusable el retraso para dar una solución que reconozca que un sistema de flujo que no es eficiente está seriamente amenazado. Durante muchos años se ha pospuesto una decisión que ahora es urgente. Ya no se deben dar pretextos o ‘soluciones’ improvisadas. México ha perdido su ventaja competitiva en el flujo aéreo mundial y, si no se actúa, la ciudad no podrá recibir más turismo, y la industria y el comercio se verán seriamente limitados para exportar, porque no se tiene un aeropuerto central eficiente, que permita aumentar su capacidad con pistas paralelas para operaciones simultáneas.

La localización, las características y el diseño del nuevo aeropuerto ya se definieron. Sólo se requiere la voluntad política y la participación de las empresas en un programa de financiamiento que haga posible la construcción del nuevo aeropuerto del Valle de México que nuestro país necesita urgentemente.  

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*Arquitecto e investigador de temas de urbanismo.

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Aeropuertos y Servicios Auxiliares

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