El potencial de las energías renovables
La luz de México debe permanecer encendida, por lo que los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada tienen que trabajar en coordinación a favor del país, pues la energía es una condición necesaria para el crecimiento económico.
El pasado febrero, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, envió a la Cámara de Senadores la Estrategia Nacional de Energía (ENE) 2013-2027. El objetivo es identificar las opciones de suministro de combustibles que presenten la mejor relación costo-beneficio, e instrumentar programas para llevar combustibles a poblaciones remotas.
Asimismo, la estrategia busca promover una amplia participación del sector privado en el suministro de energía en las áreas que permita la regulación vigente.
La ENE toma como punto de partida el papel que el sector energético debe desempeñar para apoyar al crecimiento y al desarrollo económico y social del país. El sector energético representa casi 8% del Producto Interno Bruto (PIB).
Enfrentar los retos ambientales del uso y la generación de la energía es un elemento central de la estrategia, no sólo por la importancia de evitar y reducir los impactos y los riesgos ambientales a la población y los ecosistemas, sino también para impulsar el crecimiento de la economía, mejorar el bienestar y la competitividad.
Los efectos del cambio climático también son un reto importante, lo que ocasionará impactos en la salud y sobre diversos sectores económicos. Se requiere una reducción considerable en las emisiones de gases de efecto invernadero; se busca reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático.
El gobierno federal está consciente de la desigualdad en cuanto a la infraestructura y el abastecimiento de los recursos energéticos con los que cuenta el país, ya que reconoce que la zona norte cuenta con un desarrollo importante de infraestructura, tanto de procesamiento como de transporte de combustibles, mientras que en el sur del país se cuenta con una importante cantidad de recursos energéticos; no obstante, la infraestructura de transporte para abastecer a las localidades es limitada o inexistente.
De acuerdo con la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética (LAERFTE), el sector eléctrico deberá ahora concentrarse en incorporar energías no fósiles en su cartera de fuentes primarias de energía para llegar a 35% de la generación con este tipo de fuentes para 2024, lo que representa un reto significativo.
La reforma al artículo 1º de la LAERFTE, recientemente aprobada por el Congreso
de la Unión, adicionó la densidad de potencia como criterio para evaluar si los proyectos de pequeñas y medianas hidroeléctricas pueden calificar como renovables, lo que dejará una derrama económica en México por más de 30,000 millones de pesos (mdp) para los siguientes 10 años.
Con la reforma aprobada, la energía de cualquier planta hidroeléctrica con una capacidad mayor a 30 MW que presente una relación entre capacidad de generación y superficie del embalse superior a 10 W/m², será considerada renovable siguiendo los lineamientos del Protocolo de Kioto.
Se generará energía limpia no contaminante, se evitará la quema de combustibles fósiles y nos desligaremos de las fluctuaciones que han tenido en los últimos años los carburantes, ya que las hidroeléctricas no los requieren para generar energía limpia.
Además se generarán inversiones, así como un mayor número de empleos en zonas con alta marginación en donde están los proyectos hidroeléctricos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que los proyectos de energía renovable son la solar, la geotérmica, la hidroeléctrica, y la eólica, sin importar la potencia que tengan, pues todo proyecto que cuente con un recurso que se renueve y que no sea caro, se considera renovable.
Nuestra nación tiene un importante potencial hidroeléctrico aún por desarrollar. Por ejemplo, con las reformas ya descritas, la capacidad de generación de energía eléctrica a través de minihidroeléctricas pasó de 300 MW a 2,000 MW.
A nivel internacional, actualmente, hay 81 proyectos hidroeléctricos registrados a pequeña escala, que emplean este tipo de metodologías avaladas por las Naciones Unidas, con la siguiente participación por países: India 20%, Brasil 15%, República de Corea 12%, China 10%, y 43% está distribuido en Latinoamérica y el Caribe.
En México, Grupo Comexhidro desarrolló la primera metodología para que proyectos hidroeléctricos participen en el Protocolo de Kioto y, más aún, dicha metodología fue aprovechada a escala mundial.
Esta reforma a la LAERFTE contribuirá al cumplimiento con lo establecido en las convenciones mundiales y al mejor aprovechamiento de los recursos utilizados en la generación de energía limpia y, con ello, a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
También impulsará el desarrollo de programas que ayuden a dar viabilidad económica a proyectos de energía renovable, y establecer la Estrategia Nacional de Energía y los instrumentos para el financiamiento de la transición energética, lo que va ligado al objetivo del Protocolo de Kioto.