Megaoleoducto Canadá-EU, ¿una amenaza para México?
Los tres líderes de América del Norte analizarán un controvertido proyecto para transportar crudo a través de un oleoducto desde Canadá a Estados Unidos en el marco de una reunión comercial esta semana en México.
El proyecto del oleoducto Keystone XL no representa una amenaza competitiva para México y seguramente el tema estará sobre la mesa en la reunión de los líderes de la región de este miércoles, dijo José Antonio Meade, secretario de Relaciones Exteriores (SRE).
La reunión entre los líderes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) -Barack Obama, de Estados Unidos; Stephen Harper, de Canadá y Enrique Peña Nieto, de México- estará enfocada en temas comerciales y económicos y se celebrará el miércoles.
En caso de que Obama apruebe el proyecto Keystone XL, la firma TransCanada Corp construirá el ducto con una capacidad para transportar 830,000 barriles diarios.
El oleoducto de 1,897 kilómetros llevará crudo pesado canadiense a las refinerías estadounidenses en la costa del Golfo de México, una zona que también es el principal destino de los envíos del crudo pesado mexicano.
"No lo vemos como una amenaza", dijo Meade en una conversación telefónica. "Eso probablemente no es tan relevante en términos de grandes números como la revolución de shale que ha habido en Estados Unidos", agregó.
Si bien México, el décimo mayor productor mundial de crudo, aún exporta una abrumadora mayoría de su crudo a Estados Unidos, los envíos están muy por debajo del tope de 1.8 millones de barriles de 2006.
La palabra de Obama
Obama tendrá la última palabra sobre si permite el oleoducto, cuyo proyecto está valuado en más de 5,000 millones de dólares.
Un funcionario de alto rango de la administración estadounidense dijo a periodistas la semana pasada que no esperaba que Obama ofreciera nuevos detalles.
El mandatario ha dicho en el pasado que creía que el ducto podría avanzar sólo si el proyecto no exacerba en forma importante el grave problema de la contaminación por carbono.
El Departamento de Estado concluyó a finales del mes pasado que el oleoducto no empeoraría el cambio climático. No obstante, ocho diferentes agencias federales tendrán la oportunidad de sopesar el proyecto en los próximos tres meses.
Meade también dijo que no esperaba grandes acuerdos en materia de energía durante el encuentro, que se realizará en la ciudad de Toluca, vecina de la capital.
"No se trata de que vayamos a cubrir o explorar alianzas específicas en esta fase, pero conocemos que estos debates y el interés está presente", dijo.
Peña consiguió en diciembre la aprobación en el Congreso de una reforma energética que promete impulsar la producción de gas y petróleo al permitir nuevas vías de inversión privada en el cerrado sector, pero aún está pendiente una compleja formulación de leyes y normativas para llevarla hacia adelante.
¿Revisión al TLCAN?
Penny Pritzker, secretaria de Comercio estadounidense, dijo este mes que el 20 aniversario del TLCAN representaba un momento adecuado para considerar cómo mejorar los lazos de la región.
No obstante, la reconfiguración del pacto comercial entre México, Canadá y Estados Unidos no es necesaria debido a que las conversaciones por el Acuerdo Transpacífico cubrirá los huecos que deje el TLCAN, dijo Meade.
"Usar el TLCAN como plataforma, pero sin la necesidad de revisarlo, creemos que hay muchas cosas que se pueden hacer entre nuestros tres países para que podamos sacar ventaja de esa plataforma e impulsar una perspectiva más regional", dijo.
Estados Unidos, México y Canadá son parte de las negociaciones entre 12 naciones con costa en el Pacífico que buscar reducir las barreras al flujo de bienes y servicios, en el llamado Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).
"Gran parte de esos asuntos que no están presentes en el TLCAN están presentes en el TPP, el cual tiene la ambición de ser una negociación comercial de alta calidad", dijo Meade, sin detallar las áreas que a México le gustaría ver solucionadas.
Analistas creen que las negociaciones del TPP permitirán a los tres países adaptar su relación comercial a las vías en las que el avance de la tecnología han cambiado el comercio global en las últimas dos décadas.
"El TLCAN fue negociado hace 20 años cuando la economía global era muy diferente de lo que es ahora", dijo Arturo Sarukhán, ex embajador de México en Estados Unidos.
"Era el estándar de oro en su momento. Pero desde entonces la economía global ha cambiado, la forma en la que negociamos los acuerdos de libre comercio han cambiado y en varios sentidos el reto es cómo impulsamos y modernizamos el TLCAN", agregó.
Obama ha señalado la ampliación del comercio estadounidense como un tema importante para fortalecer el crecimiento económico este año. Pero aliados en el Congreso han echado agua fría en dichas esperanzas.
Sus compañeros demócratas tradicionalmente han planteado preocupaciones, debido a que los acuerdos comerciales han causado el éxodo de los empleos manufactureros estadounidenses.