Viviendas de laboratorio
Derex es una constructora sonorense que este año desarrolló 27 viviendas sociales como parte del programa Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA, por sus siglas en inglés), puesto en marcha por Semarnat para fomentar la eficiencia energética y cuyo concepto, trazado por la agencia alemana de desarrollo GIZ, da frutos tras dos años de estudios.
Además de Hermosillo, en el programa piloto se han construido 30 casas en Morelia y ocho, que aún no concluyen, en Guadalajara. La mayoría ya están ocupadas, explica Andreas Gruner, director del proyecto NAMA Facility en GIZ. “La idea era aplicar en la práctica el concepto, para monitorizar el consumo. Estas viviendas van a ser analizadas durante dos años para verificar su consumo de electricidad”, explica.
Este año, el gobierno de Reino Unido y Alemania establecieron un fondo financiero, el NAMA Facility, para nuevas viviendas. GIZ lo desarrolla en México junto a la banca de desarrollo germana KfW. El primer organismo cuenta con un presupuesto de 69 millones de pesos (mdp) para asesorías técnicas junto a Conavi y el segundo con 172.7 mdp para financiamiento a través de subsidios y garantías, que ejercerá con Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
La meta es construir hasta 8,000 viviendas sociales para 2019 en diferentes regiones y climas del país. Derex, tras su primera experiencia, quiere seguir participando, afirma Aurora García de León, su directora.
GIZ apoyó con estudios técnicos y Derex realizó el de mercado. “Tuvimos que adaptar la construcción para que la gente lo aceptara. Hicimos varios prototipos: para la NAMA plus, los muros tienen que ser de 30 cm y la casa no era estética”, detalla.
García de León agrega que realizarán el monitoreo a 100 inmuebles, entre participantes de la NAMA y viviendas sin ecotecnologías, para comparar consumos de luz, agua y gas, y así determinar ahorros.
La desarrolladora construyó viviendas con diferente rango de ecotecnias. “La pregunta es en qué punto nos ponemos para generar mayores ahorros con recursos como préstamos y subsidios” y que a la vez sean aceptadas por sus futuros habitantes, que en el piloto no han visto un aumento del precio del inmueble.
Miguel Chavarría, consultor en CO2-Solutions, comenta que la NAMA es una oportunidad para las constructoras de aplicar ecotecnias sin el riesgo de una inversión propia, al tener apoyos económicos y estar acompañados por especialistas.
Los criterios de selección de las desarrolladoras se establecerán en 2015, aunque deben ser PyMEs y locales, explica Gruner. Lo que sí es seguro es que los mayores apoyos se dirigirán a las regiones con más consumos energéticos.