5 columnas fracturadas del reglamento de construcción de la CDMX

El reglamento de construcciones del Distrito Federal se encuentra rebasado ante el incremento de construcciones y una mala urbanización en la Ciudad de México. Esta normatividad, vigente desde 1986, ya no es acorde con las necesidades de la urbe, señala un especialista.

"¿Qué es lo malo de esto? Que es quedarte como con un software sin actualizar. Ya existe el remedio, la solución, porque ya está hecha la investigación, pero pasarla al reglamento y de ahí a su aplicación es lo que se está quedando obsoleto", dice el confundador de la firma de arquitectura ARQme, Rafael Barona en entrevista con Obrasweb.mx.

Barona, cuyo despacho fue premio Cemex Obras en 2014, señaló que desde la administración de Andrés Manuel López Obrador, diversas organizaciones como el Colegio de Ingenieros de México, el Instituto Mexicano del Concreto y los Institutos de Ingeniería de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), se han acercado al gobierno local para poner el tema en la mesa, pero hasta el momento no ha habido avances.

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El especialista en estructuras pefabricadas señala que el reglamento, tal como se encuentra, tiene debilidades principalmente en los siguientes temas: vibraciones en las estructuras; acústica; impacto ambiental de la construcción; aislamiento térmico, y espacios para estacionamientos.

1. Vibraciones

El socio de la Asociación Nacional de la Industria de Prefabricación y Presfuerzo indicó que el actual reglamento de construcciones solo señala el máximo de hertz que un edificio puede vibrar, pero no indica las formas en que los desarrolladores pueden cumplir con esta especificación ni la manera en la cual los inspectores o los mismos constructores pueden medirlo.

Si un edificio vibra por encima de los parámetros establecidos, los materiales de la construcciones, especialmente el piso, con el paso del tiempo se fisuran, lo que implica mayores gastos de mantenimiento. En el caso de hospitales o fábricas, que cuentan con un gran número de equipos y tuberías, la vibración debe ser mínima, pues lo contrario implicaría un alto riesgo de fugas.

"Entre más ligera es una estructura, vibra más. Existe la idea de que tiene un menor costo, pero a largo plazo va a hacer más caro el edificio, pues se deben realizar adecuaciones para aminorar los efectos de la vibración", dice el egresado de la Universidad Anáhuac.

Para dar solución al problema, una actualización del reglamento debería determinar el tipo de sistema constructivo que se debe usar, dependiendo del tipo de inmueble y de la localización.

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2. Acústica

El aumento de las construcciones habitacionales en vertical en los últimos años ha traído un problema que el reglamento actual no contempla: la transmisión acústica de un piso a otro.

"En ocasiones se prevé que las fachadas tengan dobles vidrios para aislarlos del ruido exterior, y eso funciona extremadamente, pero para efectos de un piso a otro, ahí no está bien reglamentado, aparece el número de decibeles que pueden pasar de un piso a otro, pero no hace ninguna diferenciación entre el tipo de edificio si es de día o de noche".

Una mala acústica repercute en la calidad de vida de las personas, pues escuchar el ruido de los departamentos vecinos produce una contaminación auditiva y hace que se pierda el sentido de intimidad, indica el especialista. 

Un nuevo reglamento debe establecer un límite de decibeles que diferencie el tipo de inmueble y la hora del día, y también tiene que obligar a los constructores a incluir losas con la suficiente masa para impedir el paso de ruido, de acuerdo con Barona.

3. Impacto de la construcción en el ambiente

Si bien, el impacto de una construcción en el medio ambiente es irreversible, sí se pueden tomar medidas para mitagarlo. Hasta el momento, el reglamento no contempla la aplicación de dichas medidas en las obras que se realizan en la capital mexicana.

Una manera de mitigar es usar un mayor número de elementos prefabricados, lo que haría que el impacto en el sitio de construcción sea menor, pues la mayor cantidad de operaciones se realizan lejos del sitio. Además, reduce el ruido, el personal necesario y el tiempo de construcción, dice.

También se debe incluir el uso de materiales reciclados o amigables con el entorno.

4. Aislamiento térmico

La Ciudad de México es una de las urbes en el mundo con mayor incidencia solar, por lo que es necesario que en las construcciones se implementen soluciones para mantener los interiores frescos sin tener que recurrir al uso de aire acondicionado.

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"Eso (uso excesivo de aire acondicionado), cuando lo haces de forma masiva, genera problemas metropolitanos. Eso se arregla con poner reglas de cuánta energía se puede utilizar para enfriar un edificio, lo que provoca que de manera arquitectónica y constructiva busques que el edificio no consuma tanta energía", afirma el también presidente y fundador de la empresa de estructuras prefabricadas Danstek.

5. Estacionamientos

Actualmente, el reglamento de construcción exige que los edificios cuenten con un número determinado de espacios de estacionamiento. Para Barona, esto es un desperdicio de recursos y se contradice con el discurso del acutal Gobierno de la Ciudad de México, que promueve un modelo de movilidad sustentable.

"La mayoría de los edificios tienen la misma cantidad de metros cuadrados de estacionamientos que de construcción", aseguró el directivo.

Para Barona, un nuevo reglamento deberá promover construcciones con fácil acceso al transporte público y en zonas bien conectadas, pero también se requiere de una mejora del sistema de movilidad de la urbe.