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¿Cuándo fue la última vez que habló de corrupción?

OPINIÓN: El sector de la construcción, que a escala mundial es uno de los más corruptos, según estudios de la OCDE, tiene mucho que enfrentar, aportar y hacer para erradicar este mal.
lun 24 octubre 2016 01:03 PM
524_Corrupción_Roberto Hernández
524_Corrupción_Roberto Hernández - (Foto: Especial)

Nota del editor: Esta columna se publicó originalmente en la  edición 524 de la revista Obras , 'Destino México', correspondiente a agosto de 2016.

(CIUDAD DE MÉXICO) – Para cuando esta columna esté publicada es muy probable que el Sistema Nacional Anticorrupción haya visto la luz después del veto presidencial por el 'madruguete' que le diera el Senado a los particulares con las obligaciones de presentar declaraciones fiscales, patrimoniales y de interés.

Por lo tanto, no solo es tiempo de olvidar todas las historias de horror que sucedieron para llegar a este resultado histórico que definitivamente es más que positivo, y que a partir de ahora nos enfoquemos en combatir este mal que históricamente ha mermado a México, y tomemos una actitud proactiva, en lo que debe convertirse en un verdadero esfuerzo nacional: el combate a la corrupción.

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La tarea no es fácil. Como creyente de la lucha contra este mal, y líder de grupos en la materia, diariamente escucho todo tipo de opiniones; la mayoría considera que ésta es una batalla perdida y que difícilmente se erradicará, pero cuando profundizo en la conversación me percato de que lo dicen porque no saben qué hacer o cómo tomar acciones para combatirla.

El sector de la construcción, que a escala mundial es uno de los más corruptos, de acuerdo con estudios independientes realizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tiene mucho que enfrentar, aportar y hacer para erradicar este mal. Uno de los temas más graves es la doble moral de muchos constructores y de los clientes públicos y privados, que mientras pronuncian discursos acérrimos en contra de la corrupción, en la práctica son incapaces de enfrentar con valentía y coraje los retos que les imponen los proyectos en forma ética, y en aras de no perder dinero suelen irse por la 'vía fácil'.

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Sé que para este punto puede pensarse que soy demasiado osado en mis palabras, pero le hago estas preguntas para enfriar su mente: ¿Cuándo fue la última vez que estuvo dispuesto a que su obra se detuviera ante la amenaza de un inspector que le pidió dinero para no hacerlo? ¿Cuándo fue la vez más reciente que se empeñó en no dar una 'mordida' (o varias) para que le dieran una licencia de construcción? ¿Cuándo no regaló computadoras, viajes y/o telefónos portátiles a funcionarios para que le aprobaran sus estimaciones o le pagaran sus facturas?

O ¿qué hizo en aquella ocasión en que le llamaron para decirle que estaba en primer lugar en la licitación pero que a menos de que se 'cayera con el diezmo' (si no es que le pidieron 20%), no le iban a adjudicar la obra? ¿Cuándo fue la última vez que hablando de corrupción en el sector, tomó la iniciativa de decir que era posible combatir este mal y que no todo estaba perdido?

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Pues ahora señor ingeniero, arquitecto, constructor, diseñador, empresario, funcionario público, supervisor, inversionista, tiene la oportunidad de poner de su parte. En futuras columnas le daré tips prácticos de cómo hacerlo, porque además de beneficiar a este país, ello le generaría mayores oportunidades de negocio.

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* Socio director de COMAD, SC.

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