La ineficiencia del ejercicio mata al presupuesto
Nota del editor: Esta columna se publicó originalmente en la edición 527 de la revista Obras , 'Proveedores: tiempo de evolución', correspondiente a noviembre de 2016.
(CIUDAD DE MÉXICO) – Todo mundo puso el grito en el cielo tras el anuncio del recorte al gasto de inversión en infraestructura para 2017. ¿De verdad nos afecta tanto?
El desarrollo o atraso de un país depende de qué tan bien se ejerce el gasto público en infraestructura de calidad, porque esta dinamiza el comercio, potencia la economía y multiplica el bienestar social. En México, mucha de la inversión en obra pública en vez de sumar, resta, porque los proyectos tardan más en ejecutarse, están mal hechos, cuestan más y reditúan poco.
OPINIÓN: Opacidad al asignar diseño, construcción y operación del NAICM
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que en 2014 nuestro país invirtió 820,000 millones de pesos (mdp); en 2016 fueron 763,400 mdp, y este año invertirá 514,000 mdp, de aprobarse el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017. El Instituto destaca que el valor real de la primera cifra, representó 15.73% menos o 691,000 mdp.
Lo anterior muestra la ineficiencia del presupuesto invertido, amén de que muchas obras son innecesarias, costosas y tienen baja rentabilidad social.
OPINIÓN: Para la SCT lo que cuenta es la intención
A las corruptelas y devaluaciones de los presupuestos en infraestructura, hay que sumar la ineficiencia de la autoridad, que la mayoría de las veces reacciona y no previene escenarios de crisis económicas, que no promueve esquemas de inversión claros que incentiven la participación de la iniciativa privada y, menos, una cartera de proyectos ejecutivos que puedan construirse ante cualquier circunstancia, para evitar el subejercicio en el gasto.
Gracias a esos factores, y a casi dos años de que concluya esta administración, no se cumplirán todos los compromisos en materia de infraestructura del presidente Enrique Peña Nieto.
OPINIÓN: Infraestructura pública, negocio de unos cuantos
Solo en carreteras, hasta octubre pasado, de las 52 autopistas programadas en el Plan Nacional de Infraestructura, se entregaron a los mexicanos 28, con una longitud de 1,680 kilómetros y una inversión de 108,000 mdp, según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Para 2017, la SCT contará para construcción de carreteras con 12,045 mdp, 44.9% menos de lo otorgado este año. Para reconstrucción y conservación reicbirá 48.2% menos, y para caminos rurales y alimentadores la resta es de 23.9%. Y no se verán nuevos proyectos de infraestructura.
Del total de 266 compromisos, hasta enero pasado se habían cumplido 65, la mayoría relacionados con infraestructura, revela el informe 60215 de la Instituto Nacional de Transparencia.
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Así las cosas, en el penúltimo año de este sexenio, el gasto en inversión apenas equivaldrá a 2.8% del PIB, contra 3.9% de este año.
De haberse logrado la inversión de 7.7 billones de pesos que prometió el Ejecutivo en el Plan Nacional de Infraestructura 2013-2018, seguramente no se estaría "cambiando el rostro de México y construyendo juntos un mejor futuro para todos", como decía el eslogan, sino que seríamos testigos, como hasta ahora, del crecimiento de la fortuna de unos cuantos, de la mano de un mayor número de mexicanos que viven en la pobreza.
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* Desde 1997 cubre los sectores de infraestructura y transporte en diferentes medios de comunicación.