El reto de reponer viviendas
Nota del editor: Esta columna de Opinión se publicó originalmente en la edición '' El diseño robotizado, ¿enemigo o aliado? '', de la revista Obras, correspondiente a enero de 2018.
(CIUDAD DE MÉXICO) – Los sismos de septiembre pasado, aunados a la necesidad de disminuir el rezago de viviendas en el país, nos enfrentan a modificar paradigmas en su edificación.
La construcción tradicional de casas y departamentos en las ciudades se ha encarecido, lo que dificulta su reposición y el acceso para las familias de menores recursos.
OPINIÓN: Normas oficiales para poner orden urbano
Estamos ante la necesidad de construir y reconstruir vivienda de bajo costo, pero con el mayor aprovechamiento del terreno. Ante ello, además de actualizar los programas de desarrollo urbano para incrementar la densidad en suelo apto y seguro, debemos modernizar nuestros diseños para "hacer más con menos".
La construcción tradicional nos lleva a la suma de cuartitos, los reglamentos de construcción así lo inducen, si no, revisen las dimensiones mínimas reglamentarias de recámaras y estancias, las que en la práctica se traducen en dimensiones máximas. Ya no se construyen departamentos con recámaras mayores a 2.70 o 3.00 metros por lado, o estancias amplias con iluminación generosa.
Los recientes sismos evidencian en las urbes una gama de errores en la edificación tradicional, y que van desde el proyecto, la ejecución de obra, la selección de materiales, servicios y mano de obra, hasta la deficiencia de quienes revisan, dirigen, supervisan o aprueban las edificaciones.
OPINIÓN: Incendios que arrebatan vidas
Si bien contamos con proyectos y prototipos de casas muy creativos emanados de las universidades, muchos de ellos con materiales reciclados o perecederos, lamentablemente están destinados al ámbito rural o suburbano, es decir, para terrenos de baja densidad, por lo que no son útiles para las ciudades.
La premisa actual de los proyectistas urbanos es acomodar el mayor número de viviendas en un terreno, resultando en pequeños departamentos que carecen de un análisis del aprovechamiento del espacio.
Por ejemplo, en un departamento de 50 o 60 m2 se destina mucha superficie para conectar los cuartitos, en otras palabras, la superficie de interconexión (circulaciones) ocupa un alto porcentaje de la superficie total, pero sin un uso habitable.
OPINIÓN: Un laboratorio que fiscaliza obras en la #CDMX
A lo anterior se suma la utilización de cientos de tabiques, bloques o tabicones para construir y delimitar los cuartitos, los que ocupan mucho espacio y obligan a estructuras pesadas y, por ende, a cimentaciones más demandantes.
Es momento de pensar en la autoconstrucción involutiva, de generar espacios amplios que los usuarios puedan terminar, con claros de seis o más metros que posteriormente se delimiten con elementos divisorios; a dejar instalaciones visibles, seguras y adaptables que eliminen ranuraciones que debilitan los muros; a modular los espacios para incorporar piezas constructivas y de recubrimiento con mínimo desperdicio, y a considerar acabados aparentes y tersos de bajo mantenimiento, entre otras alternativas.
Hay que pensar en soluciones diversas que obliguen a los diseñadores a ampliar sus conocimientos sobre técnicas y productos de construcción, lo que reportaría ahorros en la edificación. Y promover la redensificación para lograr mayor cobertura habitacional, reciclados o perecederos, lamentablemente están destinados al ámbito rural o suburbano, es decir, para terrenos de baja densidad, por lo que no son útiles para las ciudades.
OPINIÓN: Director Responsable de Obra, ¿para qué?
La premisa actual de los proyectistas urbanos es acomodar el mayor número de viviendas en un terreno, resultando en pequeños departamentos que carecen de un análisis del aprovechamiento del espacio.
Por ejemplo, en un departamento de 50 o 60 m2 se destina mucha superficie para conectar los cuartitos, en otras palabras, la superficie de interconexión (circulaciones) ocupa un alto porcentaje de la superficie total, pero sin un uso habitable.
A lo anterior se suma la utilización de cientos de tabiques, bloques o tabicones para construir y delimitar los cuartitos, los que ocupan mucho espacio y obligan a estructuras pesadas y, por ende, a cimentaciones más demandantes.
OPINIÓN: Fin al crecimiento urbano desordenado
Es momento de pensar en la autoconstrucción involutiva, de generar espacios amplios que los usuarios puedan terminar, con claros de seis o más metros que posteriormente se delimiten con elementos divisorios; a dejar instalaciones visibles, seguras y adaptables que eliminen ranuraciones que debilitan los muros; a modular los espacios para incorporar piezas constructivas y de recubrimiento con mínimo desperdicio, y a considerar acabados aparentes y tersos de bajo mantenimiento, entre otras alternativas.
Hay que pensar en soluciones diversas que obliguen a los diseñadores a ampliar sus conocimientos sobre técnicas y productos de construcción, lo que reportaría ahorros en la edificación. Y promover la redensificación para lograr mayor cobertura habitacional.
________________
* Arquitecto, perito, DRO, consultor en normas, regulaciones y capacitación para la construcción. Director de CORPICO.