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Plan de financiamiento, alternativa para dar respiro a mipymes de la contrucción

CMIC propone la creación de un instrumento de crédito que permita a las empresas de la construcción continuar pagando la nómina de los próximos dos meses.
jue 16 abril 2020 05:00 AM
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96% de las empresas del CMIC podría dejar de tener la capacidad de pagar a sus empleados en los próximos dos meses.

Las grandes empresas del sector de la construcción representan menos de 4%, el resto está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas que están en riesgo que quedar en insolvencia financiera a causa de la reducción temporal de actividades dictada como parte de la declaración de emergencia sanitaria por coronavirus COVID-19 .

Para el 96% de las compañías agremiadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) es complicado continuar pagando sueldos y gastos corriente sin tener ingresos, asegura Eduardo Ramírez Leal, presidente de CMIC.

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Por ello, el líder gremial hace un llamado a la banca de desarrollo y al gobierno federal para “crear un producto financiero que apoye a las mipymes del sector que así lo requieran durante los próximos dos meses, quienes deberán demostrar que tienen personal formalmente trabajando y podrán seguir operando durante la contingencia”.

Por ejemplo, una microempresa que al mes factura alrededor de 320,000 pesos, invierte una tercera parte en mano de obra y el resto en materiales, prestaciones, costos indirectos e impuestos; el crédito requerido sería de aproximadamente 100,000 para cubrir sus gastos de nómina, explica Ramírez Leal, quien asegura que ya tuvo acercamiento con Nafinsa para exponer su propuesta.

En un comunicado con fecha del 7 de abril, el presidente de la cámara argumentó que para las empresas de la construcción es fundamental el impulso, la agilización y la transparencia en la contratación de obra pública; la liquidación inmediata de adeudos por obras ya ejecutadas; el diferimiento del pago de obligaciones fiscales y patronales; apoyos financieros ágiles, oportunos y directos, así como la implementación de un plan de recuperación económica basado el impuso a la industria de la construcción y su cadena productiva, con obras de infraestructura en todas las entidades federativas del país.

En este momento la industria de la construcción está activa en la mayoría de las entidades, sobre todo en obra pública. “Esto no es porque no queramos cumplir con el decreto de salud, sino que algunos gobiernos locales han entendido que las empresas que conforman el sector podrían pagar a sus empleados sin tener ingresos una semana o dos, pero no un mes”, argumenta Ramírez Leal.

Asimismo, la ampliación del decreto por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) estipula que continuarán las obras en caminos, mantenimiento a la infraestructura a refinerías, líneas de CFE, drenaje y agua potable, además de obras emblemáticas del actual gobierno federal, como el aeropuerto de Santa Lucía.

Hay que tomar como referencia lo que está ocurriendo en otros países, como Estados Unidos, menciona Ramírez Leal, que tienen clara la necesidad de mantener la infraestructura en óptimas condiciones para garantizar el suministro de servicios y mercancías.

La CMIC emitió el Protocolo de Contención de Coronavirus en Obras de Construcción, el cual indica que las empresas deberán incorporar en el programa de seguridad y salud en el trabajo o en la relación de acciones preventivas y correctivas de seguridad y salud en el trabajo, las acciones para la atención de emergencias y contingencias sanitarias que recomienden o dicten las autoridades competentes.

Además, sugiere que se realicen inspecciones minuciosas de la maquinaria, equipos, ventilación, vías de comunicación, vías de circulación, vías de salida, almacenes, instalaciones de asistencia médica y sanitaria, así como de los lugares de trabajo, de acuerdo a lo que está establecido en el atlas de riegos derivado del diagnóstico de SST, de no tener este deberá implementarlo.

Como parte de las medidas preventivas, recomienda reducir al mínimo el contacto físico: Guardar una distancia preventiva mínima de 1.5 metros en cualquier contacto con otras personas (reuniones, encuentros, comidas, descansos, etc.); aumentar el espaciado de los trabajadores en todo momento, incluso en el transporte; evitar concentraciones de más de 10 personas en lugares cerrados, y donde no puedan garantizarse las distancias mínimas, e instalar un lavabo para cada 15 operarios con suficiente suministro de agua e insumos para la higiene.

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