Este enero de 2021, el valor de producción fue 0.6% mayor que en el décimo segundo mes del año pasado, sin embargo, también resultó 18.92% inferior a lo registrado en inicios del 2020, cuando también se registraba un valor de 0.6% menor al del mes predecesor y 15.6% de caída en comparación a enero del 2019.
Más allá del COVID-19
De enero a noviembre del 2019, el valor de construcción de la industria tuvo una caída de 7.7%, aún más profunda que la de 6.8% observada en 2009, durante la recesión global. Tras ver los resultados, el Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (Ceesc) dijo que los obstáculos que afectaban al sector eran menos recursos públicos para el desarrollo de infraestructura adecuada.
“El deterioro de la actividad productiva de la industria de la construcción en el 2019 fue, entre otras, disminución en la ejecución de la inversión física presupuestaria, al registrar una contracción de 14.0% en el periodo enero-noviembre, en relación con el mismo periodo del 2018. Los recursos destinados al desarrollo de infraestructura para el abastecimiento de agua potable y alcantarillado, así como al de comunicaciones y transportes, registraron caídas de 44.5 y 20.8%, respectivamente durante el periodo”, explicó el organismo en un reporte.
El problema ha continuado en 2020 y 2021, ya que el financiamiento se ha concentrado en las megaobras del gobierno federal, como el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya, en donde participan grandes empresas constructoras y el Ejército.
Pero la situación comenzó años atrás. De 2013 a 2020 el gasto público en infraestructura se redujo 40%, con una tasa anual de pérdida de hasta dos puntos porcentuales. Por lo que, lo que mantenía a flote al sector era la construcción de edificación por parte de empresas privadas.
Banksy vende una obra en cifra récord para apoyar al personal médico