Cuando las labores de reconstrucción en Guerrero, tras el huracán Otis, todavía continuaban, John volvió a impactar la costa del estado causando un daño mucho mayor a la población y la infraestructura de ciudades como Acapulco.
Ante este panorama, la Cámara Mexicana de la Industria de la construcción (CMIC) decidió tomar un papel activo para combinar su capacidad de edificación con acciones humanitarias que equivale a 12 millones de pesos.
Esto debido a que las empresas de la región aportaron maquinaria y mano de obra para poder abrir los caminos y permitir que ingresara la ayuda, tanto con Otis como con John. "Podríamos sumar alrededor de 10,000 horas máquina en el estado de Guerrero. Importantísimo para poder dar apertura a los servicios básicos", mencionó Luis Méndez Jaled, presidente del organismo, en conferencia de prensa.