En sus primeros días de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum ha dejado claro que las Fuerzas Armadas continuarán con una participación activa en la construcción de la obra pública del país, escenario que rechaza la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que aglutina a más de 9,000 empresas de la industria.
Luis Méndez Jaled, presidente del organismo, argumenta que el papel del Ejército debería atenerse a proyectos relacionados con la seguridad nacional, dejando el grueso de la obra pública en manos de la industria especializada.
"El ejército es una institución muy respetada por todos nosotros, cuyo objetivo es abordar la soberanía de nuestro país, cuidarnos, proteger la seguridad de cada mexicano", declaró en conferencia de prensa. Sin embargo, enfatizó la experiencia y especialización del sector privado, "pero nosotros como constructores tenemos una larga especialización y muchos años formándonos en temas no solamente técnicos, sino jurídicos, legales, laborales, que es lo que nos hace llegar a hacer estas obras con gran calidad, costo y tiempo".
Por lo que su propuesta es que esta visión cambie en la administración de Claudia Sheinbaum. El organismo señala que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la participación militar en las obras públicas acaparó obras por alrededor del 20% del presupuesto, y el resto recayó en empresas privadas, por lo que buscan que este índice no incremente.