Pero este año las cifras muestran que el sector público ha disminuido su participación. De cada 100 pesos invertidos en construcción, 37 provienen de recursos gubernamentales, mientras que 63 son de origen privado.
La reconfiguración del sector
La transformación del sector construcción responde a distintos factores. Por un lado, la obra pública, especialmente en proyectos de transporte y urbanización, muestra una contracción de casi 60%. Por otro lado, la demanda de espacios industriales y comerciales mantiene activo al sector privado. Ante esta baja en obra pública, las empresas han reorientado sus actividades hacia la edificación de naves industriales y espacios comerciales, que representan la principal fuente de ingresos del sector privado.
La vivienda se mantiene como el segundo pilar de la construcción privada. Los desarrollos habitacionales aportan más de una cuarta parte del valor generado por este sector, que ha compensado parcialmente la reducción en obra pública.
Los números revelan que el sector público concentra sus recursos principalmente en obras de ingeniería civil, que representan más de 80% de su inversión. Sin embargo, el valor total de estas obras muestra una tendencia descendente.
En contraste, la construcción privada diversifica su actividad. Además de la edificación industrial y habitacional, mantiene presencia en obras de infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones, así como en proyectos comerciales y de servicios.
El coleteo del impacto
Los cambios en el sector también impactan al empleo. Las constructoras han reducido su personal temporal en mayor medida que el de planta. El personal no dependiente de las empresas, que incluye subcontratistas y trabajadores por proyecto, disminuyó casi un tercio en el último año.
Los salarios también reflejan los cambios en el sector. Mientras los sueldos del personal directivo y administrativo aumentaron 8.2% en términos reales durante el último año, los obreros recibieron incrementos de 2%.
El mapa de la construcción en México muestra tres polos de desarrollo. Quintana Roo lidera la actividad nacional con obras de infraestructura turística y transporte, relacionadas al Tren Maya. Nuevo León destaca por sus desarrollos industriales y comerciales, mientras que Campeche mantiene su importancia en proyectos petroleros.