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Mecanismo de protección ambiental en construcciones pierde carácter preventivo

Por tramitología, la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) en la CDMX se ha convertido en un proceso correctivo, lo que ocasiona daños a ecosistemas urbanos y mayores costos para los desarrolladores.
mié 05 marzo 2025 03:21 PM
La CDMX intenta corregir los daños ambientales de construcciones en vez de prevenirlos
La burocracia ha hecho de la EIA un paso en el proceso de la construcción y no una herramienta de prevención de daños.

En un país donde las necesidades de infraestructura crecen a la par de las preocupaciones ambientales, la capital mexicana enfrenta una paradoja: el mecanismo diseñado para proteger al medio ambiente de la edificación se ha convertido en un obstáculo burocrático que no cumple su función original.

Ese es el diagnóstico sobre la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) que planteó Amado Ríos Valdez, director general de Evaluación y Regulación Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), durante el Segundo Foro de Infraestructura, Medio Ambiente y Sustentabilidad, organizado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).

La pérdida del carácter preventivo de la EIA tiene consecuencias directas: en lugar de identificar y mitigar posibles daños ambientales antes de iniciar las construcciones, ahora funciona como un proceso correctivo que intenta remediar impactos ya causados.

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Esto no solo ocasiona daños irreversibles a ecosistemas urbanos, sino que también genera mayores costos para los desarrolladores, quienes deben implementar medidas correctivas más caras que las preventivas y provoca retrasos en proyectos de infraestructura necesarios para la ciudad, sin que esto se traduzca en una mejor protección ambiental.

"El interés económico y la construcción de obra no pueden seguir imponiéndose sobre el bienestar social y ambiental; es momento de integrar estos principios desde la planificación", afirmó el funcionario.

De herramienta preventiva a proceso burocrático

El funcionario capitalino advirtió que la EIA ha trascendido su propósito científico original para convertirse en un entramado burocrático-legal, social y político que actualmente no protege eficazmente al medio ambiente.

"Hoy la EIA está saturada de trámites innecesarios y de detalles irrelevantes, perdiendo su propósito original al operar como una medida correctiva en lugar de una herramienta preventiva para proteger el medio ambiente", explicó el también biólogo Ríos Valdez.

Fenómeno que resulta preocupante en un momento en que la capital enfrenta múltiples desafíos ambientales, desde la contaminación del aire hasta la escasez de agua, mientras continúa su expansión urbana y desarrollo de infraestructura.

Ante esta situación, Ríos Valdez propuso seis medidas concretas que la CDMX plantea implementar para ajustar sus procedimientos ambientales a las necesidades actuales de desarrollo urbano y, simultáneamente, ofrecer mayor certidumbre ambiental a sus habitantes:

  1. Autorregulación: Promover que los desarrolladores consideren el impacto ambiental antes de iniciar los trámites, integrando esta visión desde la concepción del proyecto.
  2. Eliminación de trámites innecesarios: Suprimir requisitos superfluos, como el manejo de residuos cuando se trate de volúmenes reducidos.
  3. Capacitación a la autoridad: Formar a los funcionarios para regular de manera más eficiente y rápida.
  4. Incorporación de visión ambiental integral: Incluir el enfoque social dentro de las evaluaciones ambientales.
  5. Actualización legislativa: Renovar una legislación con conceptos obsoletos para hacerla funcional durante los próximos 30 años.
  6. Uso de nuevas tecnologías: Implementar la inteligencia artificial para automatizar procesos.

Estas propuestas buscan transformar un sistema que, según los especialistas que participaron en el foro, ha dejado de funcionar como herramienta de protección ambiental para convertirse en un obstáculo administrativo tanto para desarrolladores como para las propias autoridades.

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Desafíos

Durante el foro, expertos coincidieron en que la complejidad normativa y el desconocimiento de la legislación son factores clave en la ineficacia del actual sistema de evaluación ambiental.

En la mesa sobre normatividad, Mauricio Limón, abogado ambientalista, argumentó que es necesario ampliar la perspectiva sobre la regulación ambiental. "Lo que está tratando de hacer el derecho ambiental es, desde la planeación, incorporar la variable ambiental para facilitar la inversión y los menores costos en el mantenimiento", explicó.

El experto identificó dos instrumentos esenciales para armonizar la normatividad: el ordenamiento territorial (tanto urbano como ecológico) y la aplicación de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE).

Alejandra de Villa Meza, supervisora ambientalista y maestra en Ciencias Ambientales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisó que la resistencia de los desarrolladores hacia las normas ambientales tiene dos causas principales: el desconocimiento de la normativa y la falta de planeación por la falta de tiempo.

Para solucionar estos problemas, Villa Meza recomendó formar equipos multidisciplinarios "que sepan lo que tienen que hacer, qué normas hay que cumplir, qué leyes se deben de observar, es el siguiente paso para que nuestra infraestructura pueda ser de buena calidad, que se desarrolle en tiempo y en forma, y que se optimicen los gastos".

Economía circular

El foro también abordó soluciones basadas en la economía circular como alternativa para mitigar el impacto ambiental de la construcción. Alfonso Chávez Vasavilbaso, consultor de Suma Energía, destacó la importancia de este modelo que se sustenta en una transición acelerada hacia energía y materiales renovables.

"Hay que repensar en nuevas tecnologías y adaptarlas a las necesidades actuales, además de replantear, resolver conflictos con el medio ambiente y restaurar la confianza erosionada hacia un futuro sustentable. Una característica importante es que el proceso de aplicación de la economía circular no se da por decreto, es un proceso de convencimiento", explicó Chávez.

Esta visión fue complementada por Elisa Goetz, gerente de Medio Ambiente de Cimentaciones Mexicanas, quien abordó la optimización en el uso de materiales desde el diseño. Goetz señaló que esta práctica no solo reduce la huella de carbono, sino que también mejora las finanzas de las empresas.

"Las organizaciones deben guiarse por valores éticos y ecológicos, que contemplen compras sostenibles, hablamos de materiales que se están acabando", advirtió. Aunque reconoció que la normatividad en la Ciudad de México es buena, identificó un obstáculo importante: "no hay facilidades para cumplirla", en referencia a la escasez de plantas de reciclaje.

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