En este tipo de proyectos, el valor de producción cayó más de un tercio respecto al año pasado, lo que contrasta con su papel de motor del sector en otros periodos.
Un repunte limitado
El dato de 0.9% significa que, en promedio, las empresas constructoras facturaron un poco más en junio que en mayo.
Pero cuando se compara con junio de 2024, la historia cambia: la producción total sigue 18.2% abajo de lo registrado el año pasado, es decir, casi una quinta parte menor que en 2024. Esto muestra que el repunte mensual aún no compensa la caída acumulada.
La obra pública pierde fuerza
En 2022 y 2023, la obra pública fue el motor que impulsó a la construcción. Hoy su papel es distinto: el segmento de obras de ingeniería civil se rezaga frente al resto.
En junio de 2025, su producción cayó 36.2% en comparación con el mismo mes de 2024, una de las bajas más pronunciadas del sector. Los aeropuertos, las obras ferroviarias y las refinerías y plantas petroleras son las obras específicas que registran mayor descenso, con -100, -69.9 y -67.9 respectivamente.
El contraste se observa con el resto de la industria. Las obras especializadas, que incluyen instalaciones y acabados, fueron las únicas que lograron mantenerse en terreno positivo, con un incremento anual de 1.3%.
La edificación, donde se agrupan vivienda, naves industriales y edificios de distinto uso, retrocedió 1.6% en el mismo periodo. A pesar de que la cifra es negativa, representa el menor retroceso desde agosto del año anterior, lo que es un avance.
El comportamiento de la obra civil, sin embargo, no siempre fue de caída. En agosto de 2023 alcanzó su punto más alto de los últimos tres años: creció 106.6% frente al mismo mes del año previo y se ubicó 57.8% por arriba del nivel base de 2018.
Entre noviembre de 2022 y abril de 2024, este segmento acumuló cifras positivas de manera constante. A partir de entonces, los resultados se mantienen en descenso.