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La infraestructura como promesa de rescate a la economía está en pausa

El gobierno mexicano afirma que su estrategia para reactivar el sector es eficaz, pero existen serias deficiencias que complican el desarrollo de este pilar para el crecimiento económico.
mié 24 febrero 2021 05:00 AM
Aerial view of a train driving through a forest. Double track, near Prague, Czech Republic.
En 2020 el gasto público en infraestructura fue el menor registrado en la última década.

El motor de la infraestructura está detenido. La experiencia de los últimos 40 años demuestra que el no priorizar la inversión en este sector tiene altos costos económicos y sociales para México.

La industria es crucial para la reactivación del país, ya que agrupa a 37 ramas prioritarias para la economía y es una fuente importante de empleos, sin embargo, el gran error del actual gobierno es que no le inyecta los recursos suficientes.

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En 2010, el gasto público en inversión fue 5.1% como proporción del PIB, cifra que en 2020 bajó a 3.1 % del PIB, la más baja en la última década, de acuerdo con un análisis elaborado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

En un intento por mover al gigante, el Gobierno federal y la iniciativa privada anunciaron dos paquetes de proyectos el año pasado. En total se contemplaron 68 obras por un total de 525,000 millones de pesos, equivalentes al 2.3% del PIB.

No obstante, en su momento especialistas coincidieron en que no era suficiente e incluso se necesitaba una inversión mucho más agresiva.

Adolfo X. Zagal Olivares, socio de GEA Infraestructura, considera que sí es importante que el sector privado ponga sus cartas sobre la mesa, pero el gobierno está obligado a duplicar su apuesta, pues en la medida en que lo haga la economía saldrá adelante más rápido.

Con los dos paquetes se estimó la generación de 400,000 empleos directos e indirectos, pero si el porcentaje de inversión fuera mayor, la generación de puestos de trabajo podría llegar hasta un millón.

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“La infraestructura es un motor muy importante para impulsar el crecimiento del país y para el desarrollo porque genera empleos y esto a su vez permite que las personas mejoren su calidad de vida y el consumo interno se reactive, es todo una cadena de valor”, precisa Zagal Olivares.

La experiencia muestra que los países desarrollados y las economías emergentes más exitosas son aquellas donde la infraestructura se convirtió en el mecanismo para superar crisis coyunturales y rezagos estructurales.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una visión enfocada en favorecer el desarrollo del sur-sureste del país, aunque datos del Inegi muestran que en Oaxaca hay aproximadamente 30,700 kilómetros de carreteras de los cuales solo 7,200 están pavimentados, mientras que 21,000 son de terracería.

La misma situación se repite en Chiapas, donde se cuenta con 22,900 kilómetros de carreteras, pero 14,700 no están pavimentados.

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José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), comenta que la inversión en infraestructura es fundamental, sobre todo para superar los rezagos estructurales que hay en esa región del país, donde existe poca industria y las carreteras son de mala calidad, además de que se registran importantes carencias en servicios básicos, como la dotación de agua y suministro de energía.

“El gobierno hace bien en enfatizar la necesidad de infraestructura e inversión en el sur-sureste, pero eso tendría que ampliarse a todo el país y en una mayor colaboración público privado para que dé más y mejores resultados”, agrega el doctor en economía.

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Apuesta equivocada

La inversión pública no logra recuperarse, a pesar de que la actual administración tiene centradas sus esperanzas en tres proyectos insignia: el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Bocas.

Adolfo X. Zagal Olivares, considera que el desarrollo de la infraestructura va más allá de estas obras, ya que hay muchos pendientes en temas de transporte, telecomunicaciones, energía y, específicamente, turismo que sufrió un desplome de 34.1% en el tercer trimestre de 2020.
“El gobierno tiene que democratizar la inversión pública para incentivar que el sector privado también lo haga, tiene que haber consistencia en los hechos y apostarle solo a tres proyectos no es el camino que se debe tomar en este momento”, agrega el socio de GEA Infraestructura.

Un aspecto a tomar en cuenta de los dos paquetes de proyectos entre la IP y el gobierno es que unos ya se están ejecutando, otros se encuentran en preparación y análisis y unos más avanzan en la etapa de autorización.

Algunos desarrollos que llamaron la atención de la opinión pública, como es el caso del nuevo aeropuerto, los estudios del Tren Maya y Dos Bocas, motivo por el que se solicitó información, pero el gobierno la clasificó como reservada.

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Hace unos días la calificadora mexicana HR Ratings advirtió que los cuatro anuncios de infraestructura del gobierno mandan una señal positiva al mercado para reactivar al sector de la construcción, pero resultan insuficientes frente al déficit de obras que existen en México.

De 1,600 proyectos que la iniciativa privada detectó como potenciales para invertir, hoy, solo 10 de 68 del último paquete presentado a finales del año pasado se encuentran en ejecución.

Además, la firma mexicana recomendó que en el futuro se incentive una participación más activa del sector privado con el objetivo de mejorar la coordinación para desarrollar obras más factibles en un ámbito económico, ambiental y social, y con ello alcanzar la deseada meta de inversión de 25% como proporción del PIB.

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Para José Luis de la Cruz un elemento importante es que ni las obras insignia ni los paquetes que se presentaron el año pasado rendirán frutos en el corto plazo, por eso es importante apostarle también al desarrollo de infraestructura moderna con nuevas tecnologías de telecomunicaciones para mejorar la capacidad productiva de México y elevar la posibilidad de que las empresas mexicanas puedan competir tanto en el mercado interno como externo.

“Los paquetes que se anunciaron van en el sentido correcto, pero por sí solos no son suficientes porque están vinculados con áreas específicas y hace falta más inversión en la parte energética, en la modernización de puertos y ferrocarriles, y se tienen que destinar más recursos a toda la parte de telecomunicaciones, ya que a México le urge una infraestructura digital acorde al tamaño de su economía”.

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