Más allá del contrato
Para María Sirvent, el problema no es cuánto cuesta cada persona recluida, sino la poca información respecto al acuerdo acerca del cumplimiento de sus obligaciones.
“Si dar una buena alimentación, si garantizar la salud, todos los derechos humanos, salud,programas de reinserción, cuesta equis cantidad, eso es lo que cuesta. Lo que sí pongo sobre la mesa es que el gobierno paga una cantidad a las empresas y en algunos penales tenemos documentado que no se garantizan servicios mínimos”, explica”.
La organización tiene documentado que hay casos en los que es la familia la que tiene que pagar por atención médica o comida.
Otro de los inconvenientes de origen es la ubicación de los centros de reclusión. Generalmente se encuentran en zonas alejadas de las ciudades, lo que dificulta desde la visita de familiares hasta la llegada de trabajadores.
“Yo no volvería a firmar este tipo de contratos. En México no ha funcionado. Para justificar los recursos, las empresas construyeron grandes infraestructuras con dispositivos de seguridad robustos, que me parece no son el modelo ideal de prisión. El Comité de la Cruz Roja ha recomendado hacer penales chicos y cerca de las comunidades. Hasta Joe Biden (presidente de Estados Unidos) quiere cancelar las cárceles privadas”, dijo Sirvent.
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Aunque es complicado que se logre deshacer los acuerdos, en caso de lograrlo haría falta una estrategia más robusta; “para empezar se tendría que negociar con las empresas para quedarse con los terrenos y construcciones. En caso de que no se quede con el lugar, pensar a dónde trasladar a las personas, esto se debe saber antes de la cancelación, hay que tener certeza jurídica”, explica.
La opción sería trasladar a las personas a las prisiones estatales, debido a que las federales han sido cerradas poco a poco. Durante esta administración se ha cerrado Islas Marías, Puente Grande y el penal de Ciudad Juárez.
El problema es que se debería garantizar que no hubiera sobrepoblación y hacinamiento, problemas que ya son graves en las prisiones.