Huracanes y sequías azotan todo el país y han provocado en los últimos años desabasto e inundaciones desastrosas, todo con meses de diferencia. Para el químico Luis Manuel Guerra, esto es señal de una “crónica de un estallido social anunciado, aunque no lo queremos ver”, dijo en el conversatorio Agua Cero: ¿Crisis de gobernanza?
El agua debe gestionarse desde la oferta, refieren especialistas
Ya que mientras más se avance con estrategias equivocadas y acciones casi nulas por parte del gobierno, empresas y sociedad, el país se encaminará hacia climas y condiciones cada vez más desérticas, con una población más grande y con mayores necesidades de agua.
El químico, fundador del Instituto Autónomo de Investigaciones Ecológicas (INANE), explica que en la actualidad los problemas del agua se mantienen de manera reactiva y se atienden conforme a la demanda de la población y no tomando en cuenta la oferta existente “esta es la peor de las estrategias”, apuntó.
Llevarlo de esta manera es inconveniente porque causa que se perforen cada vez más pozos y se busquen nuevos suministros de agua que, en algún momento, se van a agotar.
“Se trata de la política de satisfacer las demandas de agua de una población creciente con cada vez mayores caudales de agua extraída, potabilizada y conducida”, precisó el especialista.
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Mientras que la administración de la demanda implicaría que se redujera el consumo de agua a través de un programa integrado de gestión, y mejora de la eficiencia de los recursos disponibles. Es decir, hacer lo que se puede con lo que se tiene.
Rodolfo LacyTamayo coincide. El director de Acción Climática y Medio Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para América Latina, comenta que atender de esta manera la gestión del agua se manifiesta también en la poca inversión a la infraestructura hidráulica que si no se desarrolla, causará efectos que dañarán de manera permanente al medio ambiente.
Roberto Olivares, ex director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México (ANEAS), comentó que está ausente un sistema financiero de aguas que se involucre de manera específica con la gestión del sistema hídrico.
Ya que, en la actualidad, “el presupuesto de un subsidio que llega tarde, que no llega a donde debe llegar. Llega a los estados y para los municipios tarda o no llega”, dice.
Por lo que considera que se requiere asociación privada con regulación y transparencia, gestión de cuencas y mayor administración por parte de las autoridades para decir adiós a las pipas.