El nuevo tramo, el más complejo
Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se retomó el proyecto en un tramo de 57 kilómetros, que Jesús Esteva Medina, titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) calificó como el más complejo.
Las obras, que tardaron seis años, requirieron una inversión “histórica” de 32,000 millones de pesos, debido a las estructuras requeridas para superar los retos geográficos.
El proyecto, llevado a cabo por Carso, requirió 124 estructuras, incluyendo 10 túneles con una extensión total de 1.6 kilómetros. El túnel más extenso, ubicado en el punto conocido como "El Tornillo", alcanza 250 metros de longitud.
También se incluyeron 79 puentes y viaductos con longitudes que van desde los 15 hasta los 110 metros de altura. En Acatlancito se encuentra el viaducto más alto, que alcanza los 110 metros. Además se edificaron 30 entronques permiten la interconexión entre diferentes comunidades, sumando cerca de 30 kilómetros de gasas vehiculares.
La construcción implicó mover cerca de 30 millones de metros cúbicos de tierra en cortes de cerros y 16 millones de metros cúbicos en rellenos. Se utilizaron 42,000 toneladas de acero, 89,000 metros cúbicos de mezcla asfáltica y 371,400 metros cúbicos de concreto hidráulico.
La construcción generó 2,942 empleos directos y representa un punto de inflexión en la conectividad de Oaxaca, de acuerdo con Salomón Jara, el gobernador.
El funcionario también anunció que ya se proyectan nuevas carreteras como la ruta de Salina Cruz a Zihuatanejo, específicamente de Salina Cruz a Pinotepa Nacional, y otra que conectará Oaxaca con Tuxtepec.