Obras emblemáticas presionan recursos hídricos; sureste necesita infraestructura
Se requiere 30% más de inversión para abastecimiento y limpieza del agua, debido a deficiencias en zonas rurales y la presencia del Tren Maya, Corredor Interoceánico y Refinería Dos Bocas.
A pesar de haber abundante agua superficial, en el sureste del país se carece de infraestructura para su distribución. (Carlos Canabal Obrador)
Redacción Obras
La paradoja del sureste mexicano se revela en sus contrastes: mientras Chiapas, Tabasco y Veracruz poseen las cuencas más caudalosas del país, sus comunidades enfrentan deficiencias en la distribución del agua.
Esta región, rica en biodiversidad y recursos hídricos, requiere incrementar en al menos 30% su presupuesto en infraestructura para atender rezagos históricos, vulnerabilidades ante fenómenos naturales y la presión adicional generada por megaproyectos como el Tren Maya, Tren Transístmico y la Refinería Dos Bocas.
En términos de disponibilidad, las cuencas Grijalva-Usumacinta y Papaloapan son claves para el abastecimiento regional, pero enfrentan sobreexplotación durante los periodos de sequía y contaminación.
Por ejemplo, en Veracruz 23.31% del agua destinada a la industria de todo el país se utiliza en este estado, mientras que algunas comunidades rurales en la misma región carecen de acceso básico al agua potable, de acuerdo al estudio Retos y oportunidades para la seguridad hídrica en el Sureste de México, del Consejo Consultivo del Agua.
Publicidad
Impacto de los megaproyectos en los recursos hídricos
La construcción de grandes obras de ingeniería como la Refinería Olmeca en Dos Bocas, el Corredor Interoceánico y el Tren Maya es señalada en el análisis por la presión adicional que ejercerán sobre los recursos naturales, particularmente el agua.
Si bien prometen impulsar el desarrollo económico regional, requieren una operación cuidadosa y ajustes para minimizar efectos negativos en los ecosistemas.
A mediano plazo un manejo inadecuado de las operaciones de estos proyectos emblemáticos y su relación con los recursos hídricos podría derivar en contaminación de acuíferos, pese a que actualmente existe disponibilidad de agua en estas regiones.
Obras emblemáticas como el Tren Maya agregan urgencia a las necesidades de infraestructura del sureste del país.(Paola Chiomante/REUTERS)
Refinería Olmeca en Dos Bocas
La Refinería Olmeca se localiza en Tabasco, en la costa del Golfo de México, dentro de la región hidrológica de los ríos Grijalva-Usumacinta. Esta es una de las regiones con mayor caudal de México, por lo que no se anticipan problemas de disponibilidad de agua para su operación, de acuerdo al estudio en el que participa la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, se ubica en la desembocadura del Golfo de México y podría convertirse en fuente de contaminación si no hay un control adecuado de las descargas y del manejo del petróleo dentro de sus instalaciones.
En cuanto a las aguas subterráneas, la refinería se sitúa sobre el acuífero Costero de Tabasco, el cual cuenta con disponibilidad.
Esto permitiría el otorgamiento de nuevas concesiones para la extracción de agua, pero también subraya la necesidad de desarrollar proyectos para evitar la contaminación del acuífero.
Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec
Este proyecto se desarrolla sobre 34 municipios de Veracruz y 10 de Oaxaca, y atraviesa ciudades como Coatzacoalcos y Minatitlán. El territorio que utiliza el tren se ubica sobre cinco cuencas de la región hidrológica del río Papaloapan y diez cuencas de la región hidrológica del río Coatzacoalcos.
El análisis indica que todas estas cuencas cuentan con disponibilidad de agua, sin restricciones para otorgar nuevas concesiones o asignaciones, excepto el acuífero asociado al río Papaloapan.
Por lo que nuevos permisos comprometería el abasto del agua y podrían poner en riesgo al sistema hídrico con contaminantes.
Su ruta por Tabasco y Chiapas cruza municipios como Centro (Villahermosa), Tenosique y Balancán en Tabasco, y Palenque, La Libertad, Salto de Agua y Ocosingo en Chiapas. Atraviesa la cuenca del río Usumacinta, tanto en Chiapas como en Tabasco, la cual cuenta con disponibilidad de agua.
Los recursos subterráneos en esta área corresponden al acuífero Grijalva-Usumacinta, que también tiene disponibilidad actualmente, indica el estudio.
Infraestructura deficiente
La infraestructura hídrica actual en el sureste mexicano presenta rezagos, especialmente en áreas rurales. Las comunidades más pequeñas y dispersas, particularmente en Chiapas y Veracruz, enfrentan mayores dificultades para acceder a servicios básicos de agua y saneamiento, de acuerdo al análisis en donde también trabajó la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia).
Otro factor que compromete la seguridad hídrica en la región es la contaminación de los cuerpos de agua por actividades petroquímicas, agroindustriales y petroleras. Ríos importantes como el Coatzacoalcos y el Papaloapan reciben descargas de residuos industriales y aguas residuales sin el tratamiento adecuado.
El 23.31% del volumen total de agua destinada a la industria en México se utiliza en Veracruz.(Hector Quintanar/Getty Images)
Publicidad
En muchas ocasiones, esto provoca que las comunidades rurales recurran a líquido que no está en condiciones para el uso de las personas.
“Muchas comunidades dependen de pozos, manantiales y arroyos de los cuales obtienen el recurso con algún grado de contaminación con aguas residuales, industriales o de actividades agrícolas, en tanto que la infraestructura frecuentemente es insuficiente o se encuentra en mal estado”, dice el estudio.
Lo que se suma a que además, la erosión hídrica, agravada por la deforestación y el cambio de uso de suelo, causa azolve en cuerpos de agua y afecta la calidad del agua para consumo humano.
Esto, mientras los organismos estatales responsables lidian con limitaciones financieras y técnicas. Simultáneamente, los municipios, que según la ley tienen la responsabilidad primaria del suministro, carecen de recursos para proyectos a mediano y largo plazo.
Financiamiento: clave para reducir brechas
Las inversiones en agua potable y saneamiento en la región muestran desequilibrios notables. En 2022, el presupuesto de la Conagua (Comisión Nacional del Agua) a estos tres estados representó 4.1%. Del total, 83% de las inversiones fueron para localidades urbanas, del cuál 44% se otorgó para Tabasco y sólo 21% a Chiapas, aunque este estado tiene mayores deficiencias.
Para revertir esta situación, especialistas de la Red UNAM consideran fundamental impulsar esquemas mixtos de financiamiento que involucren recursos públicos y privados, y permitan reducir las brechas existentes entre las comunidades rurales y las ciudades.
"Las orientaciones constituyen una vía para la cooperación interinstitucional y multisectorial, promoviendo una gestión sostenible y participativa en el aprovechamiento eficiente del agua en la región", indica el documento.
Prioridades para la infraestructura hídrica
El desarrollo sostenible del sureste mexicano depende en gran medida de la modernización y ampliación de su infraestructura hídrica, que debe contemplar:
Ampliación de coberturas de agua potable y saneamiento, especialmente en zonas rurales, con énfasis en la instalación de tuberías para agua entubada dentro de las viviendas.
Rehabilitación y mejora de infraestructura hidroagrícola en distritos de riego como La Antigua, Río Blanco y Cuxtepeques, incluyendo la rehabilitación de canales, compuertas y bombas para reducir pérdidas de agua y aumentar la eficiencia del riego.
Desarrollo de infraestructura para tratamiento de aguas residuales, tanto en zonas urbanas como rurales, para reducir la contaminación hídrica y permitir el reúso del agua.
Modernización de sistemas de monitoreo de cuerpos de agua superficiales y subterráneos, así como de los sistemas de vigilancia de descargas a cuerpos receptores.
Infraestructuras de protección contra fenómenos hidrometeorológicos, como bordos, canales y obras de alivio, especialmente en ríos como el Papaloapan y Coatzacoalcos.
Construcción de infraestructura para la captación y almacenamiento de agua pluvial, especialmente en comunidades rurales, para asegurar el acceso al agua durante sequías prolongadas.
Hacia una gestión sostenible del agua
Las orientaciones propuestas por especialistas para avanzar hacia la seguridad hídrica en la región incluyen:
Restauración y conservación de la biodiversidad: Protección de ecosistemas clave como selvas, humedales y manglares, actualización de inventarios de áreas naturales protegidas y ampliación de la vigilancia.
Mejora de la calidad del agua: Fortalecimiento del monitoreo, tratamiento de aguas residuales y gestión de descargas contaminantes.
Manejo integral del agua y reducción de la erosión hídrica: Implementación de planes de gestión por cuencas, modernización de redes de monitoreo y reconsideración de concesiones.
Uso eficiente del agua en comunidades, ciudades y zonas metropolitanas: Promoción de tecnologías adecuadas en zonas rurales y mejora de infraestructura en áreas urbanas.
Uso eficiente del agua en la agricultura: Tecnificación del riego, capacitación a agricultores y estudios para la ampliación sostenible de la frontera agrícola.
El sureste mexicano enfrenta el reto de aprovechar su riqueza hídrica para impulsar el desarrollo mientras garantiza la equidad en el acceso al agua y la protección de los ecosistemas, a través del incremento en infraestructura, con un enfoque integral y sostenible, será determinante para el futuro de esta región estratégica para México.