Un viejo proyecto ferroviario cobra vida. El Tren Ciudad de México–Querétaro está en desarrollo y la expectativa de acortar el camino entre ambas entidades crece.
La obra, con 226 kilómetros de extensión, se convertirá en la primera línea de tren de pasajeros moderno hacia el norte del país en varias décadas. Cruzará cuatro estados, conectará sistemas de transporte público regionales y marcará un nuevo eje de movilidad para una población estimada de seis millones de personas.
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La infraestructura no parte de cero. El trazo sigue en parte el derecho de vía del tren de carga existente, aunque se diseñó con condiciones técnicas distintas. No obstante, esta ruta y los estudios preliminares terminados en abril dieron el trazo oficial al proyecto.
El nuevo tren atravesará, principalmente y con presencia de estaciones y paraderos definidos, cinco municipios en Estado de México e Hidalgo. Pero de manera indirecta tocará a 22 municipios en total, también considerando a los de la capital del país.
Para alcanzar velocidades de entre 160 y 200 kilómetros por hora, la nueva nueva requerirá rectas más prolongadas, curvas de mayor radio y pasos totalmente segregados del tráfico vehicular, de acuerdo con Gustavo Vallejo , comandante del Agrupamiento de Ingenieros "Felipe Ángeles".
Donde el tren de carga serpentea, “el tren de pasajeros perforará cerros, levantará viaductos y cruzará ciudades por túneles o pasos elevado", dijo Gustavo Vallejo. "El objetivo es claro: garantizar un trayecto previsible, de dos horas exactas entre terminales, sin interferencias ni sobresaltos", señaló Andrés Lajous, director de la Agencia de Reguladora de Transporte Ferroviario.
El Ejército comenzará a edificar sobre zonas ya impactadas por el tren de carga.(Daniel Augusto)
La ruta del tren
Los municipios elegidos para albergar estaciones o paraderos marcan un recorrido que parte de la capital, la primera parada estará en Huehuetoca, Estado de México, zona industrial en crecimiento que también recibirá un paradero adicional en Praderas del Potrero.
El tren seguirá por Tula, Hidalgo, y luego San Juan del Río, Querétaro, antes de entrar a la zona conurbada de la capital queretana.
Ahí, una estación cercana al Aeropuerto Intercontinental o al fraccionamiento Los Héroes (aún por definirse) servirá como punto intermedio, y el recorrido culminará en una terminal que llevará el nombre de “La Corregidora”.
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El Tren tendrá estaciones en las zonas de mayor afluencia y paraderos con ascenso y descenso de acuerdo a la demanda.(Foto: SICT. Diseño: Expansión)
Las estaciones estarán diseñadas para facilitar transbordos con transporte público y tendrán espacios para autobuses, automóviles y bicicletas.
En el caso de la terminal en Querétaro, se habilitarán vestíbulo, taquillas, torniquetes, lockers y un área de ascenso y descenso. Podrá recibir al menos a 100 vehículos privados y 12 autobuses de forma simultánea.
En Ciudad de México, la conexión ocurrirá en la terminal Buenavista del Tren Suburbano, con enlace a las líneas 1, 3 y 4 del Metrobús, la Línea B del Metro y el sistema Ecobici. En Querétaro, los pasajeros podrán continuar su trayecto en QroBús o en rutas locales.
La línea México–Querétaro funcionará como primer tramo de una red que se extenderá a Irapuato, y de ahí a Guadalajara, Nogales y Nuevo Laredo.
Al menos 22 municipios serán impactados con la presencia del tren de pasajeros.(Presidencia)
“Querétaro será el centro neurálgico de los trenes del norte”, declaró Claudia Sheinbaum, presidenta de México, a inicios de mayo.
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A contrarreloj
El calendario de construcción se trazó a contrarreloj. Las autoridades esperan inaugurar el tramo inicial antes del fin del actual sexenio.
Para ello, los frentes de obra ya se instalaron en puntos con derecho de vía liberado, donde comenzaron los trabajos de nivelación, exploración geológica y habilitación de campamentos.
La estrategia ambiental se basa en la autorización para construir en zonas previamente impactadas, con trámites avanzados para el resto del trayecto. El proyecto también contempla una derrama económica regional por la renta de maquinaria, compra de materiales y empleo local.
El gobierno federal promete que el proyecto estará listo antes de que termine el sexenio.(Presidencia)
La meta es ambiciosa. Además de terminar en 30 meses, el gobierno busca que la obra funcione como símbolo de eficiencia pública. Por eso, la operación quedará en manos de la empresa GABSA Rail, controlada por la Secretaría de la Defensa Nacional.
El modelo, probado ya en el Tren Maya, busca evitar concesiones privadas y asegurar continuidad en el servicio. “Este tren no se va a privatizar”, advirtió la mandataria.
En el tramo que cruza Querétaro, la administración federal fijó un objetivo simbólico: llegar a Pedro Escobedo antes de que el actual gobernador, Mauricio Kuri, termine su mandato. No será la estación final del proyecto, pero sí un punto clave en el cumplimiento de plazos.