Un presupuesto de arranque
El presupuesto proyectado para 2026 asciende a 536,806 millones de pesos en programas y proyectos prioritarios. De ese monto, 104,576 millones corresponden a nuevos trenes y 30,000 millones al Tren Maya.
Las carreteras y caminos reciben 27,720 millones, la Conagua 20,762 millones y el Istmo de Tehuantepec 25,000 millones.
Más de 21,000 millones se destinan a liberar derechos de vía, lo que evidencia que gran parte del gasto de este año se enfocará en etapas preparatorias. “Además se van a hacer proyecciones de terreno, mandar a solicitar los materiales rodantes. Todo este año es de análisis y programación”, explicó Ballinez.
En este sentido, el presupuesto no refleja la magnitud total de las obras previstas. “Este es un arranque y lo importante es que sí se están presupuestando”, agregó el especialista.
En el ámbito carretero, la dependencia plantea la rehabilitación de 4,000 kilómetros de carreteras federales, la construcción y modernización de caminos rurales, la conservación de puentes y la edificación de distribuidores viales.
También contempla el programa Balsas–Pacífico Sur, destinado a comunidades de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Estado de México.
“Carreteras y caminos reciben 27,720 millones, y mucho del discurso está en el famoso programa bachetón”, dijo Ballinez.
Montos parciales en los trenes
Aunque los proyectos ferroviarios concentran gran parte de la atención, varios muestran reducciones frente a 2025. El Tren México–Querétaro pasó de 30,000 millones de pesos a 10,492 millones. El Tren Querétaro–Irapuato aparece con 9,344 millones y el AIFA–Pachuca con 3,108 millones.
Para Ballinez, estas caídas no implican una disminución en la relevancia de los proyectos, sino que reflejan que los montos actuales corresponden a etapas iniciales. “Yo sí creo que los trenes de pasajeros van a ser el referente de este gobierno”, subrayó.
De acuerdo con el experto, será un año enfocado en ajustes a las rutas y proyectos. Ballinez advirtió que este tipo de procesos puede modificar los montos previstos: “Habrá que ver las negociaciones que hacen con los ejidos y las comunidades, porque eso se puede reducir, pero también se puede disparar”.
El especialista recordó que en los proyectos de infraestructura suelen aparecer sobrecostos asociados a tipo de cambio, vicios ocultos o materiales.
Continuidad en las prioridades
El Ramo 09 de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) detalla que el gasto de 2026 se alinea a los “100 compromisos para el segundo piso de la transformación”. La estrategia incluye:
- Construcción de 3,000 kilómetros de nuevas líneas de trenes de pasajeros.
- Continuidad del Tren Interurbano México–Toluca.
- Ampliación del Tren Suburbano Lechería–AIFA.
- Implementación de transporte de carga en el Tren Maya.
- Fortalecimiento del transporte ferroviario de carga y consolidación del Plan Sonora.
Expectativa hacia adelante
El PPEF 2026 confirma continuidad en las prioridades de infraestructura, pero su lectura debe entenderse como punto de partida. Ballinez apuntó que el grueso de los proyectos se verá en fases posteriores: “Yo creo que este documento sienta las bases para que se echen a andar los proyectos ferroviarios”.
La expectativa es que en 2027 se asignen recursos más amplios y se observen obras en terreno. Hasta entonces, el presupuesto 2026 representa la etapa de arranque de la política federal de infraestructura.