“Las ciudades tienen un punto máximo de soporte que no depende de cuántos pisos se pueden construir, sino de la energía y el agua disponibles”, señaló.
En su experiencia, los límites urbanos se determinan por la capacidad de los sistemas eléctricos e hidráulicos para atender a la población.
Cada zona tiene un margen físico y técnico: el número de gigavatios que pueden distribuirse o la cantidad de agua que puede circular sin comprometer la red, por ejemplo. A ello se suman los servicios de saneamiento y movilidad, que condicionan la densificación posible, dice el especialista.
Los factores económicos y sociales también influyen en la decisión de dónde intervenir. “Si un área no tiene empleos o conectividad, densificarla no genera beneficios. Los motores son el poder, el agua y la economía”, resumió Solaiman.
El especialista añadió que las herramientas tecnológicas ayudan a visualizar estos límites. Las simulaciones de inundaciones, mapas satelitales y modelos de calor urbano permiten identificar las zonas más vulnerables y priorizar inversiones. “Más allá de la tecnología, los factores que determinan la prioridad son el financiamiento y los riesgos”, explicó.
Tecnología y gobernanza para transformar sin colapsar
Intervenir ciudades consolidadas requiere más que recursos técnicos: necesita gobernanza y coordinación institucional. La planificación debe integrar distintos niveles de autoridad, financiamiento y gestión. Para ello, los entornos digitales conectados facilitan la colaboración entre ingenieros, arquitectos y administraciones públicas.
Zubran Solaiman explicó que los sistemas integrados, que combinan modelos BIM, GIS y documentos de ingeniería, permiten reducir hasta 30% del tiempo destinado a la búsqueda y validación de información. Este tipo de plataformas federadas concentran datos de diseño, operación y mantenimiento, lo que evita duplicidades y errores en la toma de decisiones.
Además de agilizar la planeación, los modelos digitales acortan el tiempo entre la construcción y la operación de los proyectos. Si la información generada durante una obra se transfiere directamente al sistema de gestión de activos, la infraestructura puede ponerse en funcionamiento antes.
El especialista mencionó que en casos como el aeropuerto de Heathrow, la falta de datos integrados retrasó la apertura durante meses.
Para el experto de Bentley Systems, la intervención de una ciudad no solo es posible, sino indispensable. Pero exige claridad sobre los recursos disponibles y sobre los límites físicos del territorio. “Cada ciudad es distinta, pero los parámetros son simples: energía, agua, sostenibilidad y economía”, concluyó.