“Aún es pronto para saber qué cambios serán permanentemente y cualesquiera temporales, y estos dependerán de las decisiones de las administraciones, pero en cualquier caso el objetivo fundamental será transmitir la mayor confianza al consumidor y a todos los eslabones involucrados (proveedores, minoristas, trabajadores)”, informó la Knight Frank.
La primer medida que se debe implementar en los centros comerciales es la gestión de colas. Es necesario que se establezcan accesos exclusivos de entrada que estén separados de las salidas, para evitar el cruce de personas y mantener distancia. Además, se deberían asignar espacios preferenciales para personas mayores, familias de personas con discapacidades, personal sanitario, entre otros.
Además, se deberá intensificar la señalización dentro de los inmuebles, y darle un uso más provechoso a los espacios abiertos con los que cuentan. Esto permitirá reordenar espacios y permitir mantener el distanciamiento social, fundamental para no agravar los contagios de COVID-19.
También se debe hacer menor uso de lugares cerrados o reducidos, como elevadores y escaleras eléctricas, asimismo mantener limpieza extrema en estos sitios. Se deberán incorporar sistemas de higiene y proporcionar gel hidroalcohólico a través de dosificadores sin contacto.
Igualmente debe haber una reorganización en los patios de comidas, principalmente para aumentar la separación entre las mesas y asientos.
En cuanto a los trabajadores que operan en los centros comerciales, además de transportistas, se debe propiciar el acceso escalonado, además de garantizar condiciones laborales seguras e higiénicas.
Finalmente, se debe tomar en cuenta la digitalización para mantener contacto tanto con operadores como con clientes; esto mejorará la comunicación y cercanía, sin necesariamente tener contacto físico.