Justo esa razón hace considerar a Arturo Bañuelos, ejecutivo VP en JLL que “el principal enemigo del coworking va a hacer el home office; para qué rentas un espacio para 10 personas, mejor que trabajen desde su casa y que hagan videoconference”.
Los entrevistados coincidieron en que esta tipología tendrá que reinventar su concepto, pues la base de su modelo inicial era el ofrecimiento de diversas amenities: acceso a internet de última generación, coffee bar, snakes. Todo, rodeado de gente super cool y por un monto fijo.
Captaron una audiencia sedienta de hacer eso y luego ofrecieron a las empresas esos mismos servicios de amenities y de acondicionar su espacio de trabajo, pero ahora eso se modificará.
De acuerdo con el socio director de Desarrollo Estratégico de Gaya, Alberto Laris, para sobrevivir estos espacios deberán “adoptar especificaciones de mayor distancia, incorporar acabados fácilmente sanitizables y tecnología que te permita saber escanear los ingresos y saber si las personas están sanas”.
Amy Henderson, VP de CBRE, observó que dada la configuración en estos espacios que era “más pegados unos con otros” y a causa de que tienen contratos a más corto plazo, “les está pegando mucho” esta etapa de confinamiento.
La especialista explicó que si en este momento llegó el vencimiento de sus contratos, hubo clientes que no los renovaron. Además, las personas se dieron cuenta que no fue tan grave trabajar desde casa y tal vez cuando se levante el confinamiento habrá quienes decidan no regresar al coworking.
Mientras, Arturo Bañuelos mencionó que este tipo de tendencias que venían caminando rápido, con crecimientos altos y ya empezaban a entrar en una fase de freno en 2019, ahora con la pandemia van a tener que reinventar su concepto, pero por ahora “no es buen tiempo para el coworking”.