Durante la pandemia la comercialización inevitablemente cayó en el sector. Según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), las ventas en tiendas iguales, (que tienen más de un año de operación y son comparables con años anteriores) registraron durante abril una caída de 22.9%.
Una de las modificaciones en este tipo de negocios será apostar más por lugares de almacenamiento y tiendas más pequeñas, para dar preferencia a la venta de productos por internet; “el comercio electrónico tendrá una subida importante, posiblemente se duplique, lo que traerá un ajuste en los espacios. Se puede requerir menos espacio físico y más showrooms”, explica Víctor Lachica, director general de Cushman & Wakefield en entrevista con Obras.
Estos sitios serán reducidos y servirán para que las personas puedan probar artículos, escogerlos y después recibirlos en su hogar, en lugar de tener todos almacenados en la tienda y entregarlos en el momento en que se compra.
Sin embargo, en el caso de la mercancía que no sea necesario ver en físico (como libros, ejemplifica Lachica), no será necesario tener un espacio físico para revisarlos y se podrá pedir directamente desde internet, lo que además recortará costos para los clientes.
“Si el producto que comprarás no tiene que pasar por un centro comercial y viene directo de la bodega, la cadena de suministro será más fácil ya que no se tendrá que pagar la renta de un local, lo que permitirá adquirir artículos de manera más rápida y a un buen precio”,
Esto, aunado a la poca demanda que tendrán artículos de lujo debido a la crisis económica, provocará que por lo menos durante este año no haya planes de abrir grandes centros comerciales, así como negocios de productos no esenciales.
“Vamos a ver que seguirán subsistiendo los centros en zonas populares o residenciales en donde dan servicios más particulares como tintorería, papelería, ferretería, pero lugares estilo Perisur, Santa Fe o Satélite creo que pueden tener más retos en la re-lanzada de sus marcas y de sus locales comerciales porque el consumidor tendrá mucha más cautela en comprar”, dice Víctor Lachica.
El directivo agrega que, para “sustituir” los espacios que se reducirán o cerrarán y continuar con flujo para mantener el centro comercial, los desarrolladores tendrán que buscar nuevas modalidades en espacios ya edificados y transformarlos para brindar nuevas experiencias de entretenimiento y comida.