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Well Building, la certificación que se pone en boga

Well y LEED emiten nuevos estándares para combatir la pandemia, están basados en calidad de aire interior, mantenimiento y operación de inmuebles.
jue 25 junio 2020 05:00 AM
edificio
La nueva certificación prepara a los edificios para el regreso a actividades después del coronavirus.

Las certificaciones que garantizan la calidad del aire en los espacios interiores se están convirtiendo en la norma no escrita que deberán acatar los propietarios y desarrolladores de inmuebles en medio de la pandemia de Covid-19.
En un escenario donde los científicos siguen trabajando en hallar una vacuna y el rebrote de contagios en las zonas que han dejado la cuarentena se evidencia, como ocurrió en Beijing a mediados de junio, certificaciones como Well Building Standard y otras de reciente aparición, buscan atender las necesidades específicas de reducción de contagios, por lo que comienzan a ofertar sus propuestas de garantía.

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“Pasamos más de 90% del día bajo techo, entre paredes, ya sea en casa, oficinas u otros espacios”, por eso ante la pandemia global, que sabemos que se contagia con más facilidad en espacios cerrados, toma relevancia la aplicación de las prácticas que contemplan las certificaciones enfocadas en el interior, explicó en entrevista con Obras, Ulises Treviño, director general de Bioconstrucción y Energía Alternativa (BEA).

Treviño mencionó que a diferencia de la certificación LEED, el enfoque en Well es lo que sucede al interior del edificio: los acabados, materiales, sistema activos y pasivos: iluminación, temperatura, confort, humedad, “todo lo que influye en el ser humano”.

El especialista detalló que Well ya existía antes de la pandemia, pero aún joven en México, donde se tienen solo dos proyectos con esta certificación (la oficinas de BEA y las de Cushman & Wakefield). En contraste, LEED que ya es bastante conocida (va en la versión 4.1) ha certificado 420 proyectos y tiene 1,000 en proceso.

De acuerdo con BEA, el sistema de Well está “basado en la medición, monitoreo y certificación del desempeño del entorno construido que impacta en la salud y el bienestar humanos, a través de conceptos fundamentales y en tres características del edificio: comportamiento, operación y diseño”.

En su versión. 2.0, la más actualizada se contemplan 10 conceptos a revisar: aire, agua, nutrición, iluminación, movimiento, confort térmico, sonido, materiales, mente, comunidad e innovaciones.

Pero la gran novedad para Treviño, ahora son una especie de subcertificaciones de reciente creación, enfocadas en salud y sanidad. Una de ellas es Well Health-Safety, derivada del Well Building, y basada en la verificación de las facilidades y mantenimiento para la operación de diversos espacios.

Ese estándar nació recientemente para responder a la pandemia Covid 19, y luego del consenso entre 500 expertos del mundo que incluyeron las recomendaciones de científicos y especialistas médicos, algo que, de acuerdo con el director general de BEA, es muy novedoso porque las certificaciones anteriores no tenían el enfoque médico sino ingenieril.

La otra subcertificación lanzada a principios de junio, es la propuesta de LEED para responder a la pandemia. Se trata de Arc Re-Entry, cuyo fin es preparar los espacios para un regreso seguro tras la cuarentena por medio de tres estrategias: facilidad de mantenimiento, comunicación con los ocupantes y calidad del aire interior.

Ulises Treviño consideró que estas nuevas certificaciones pueden ayudar al control específico del virus porque ningún filtro lo va a detener y las prácticas habituales no están preparadas ni tienen la pretensión de tener una limpieza del nivel requerido, que implica poner equipamientos de arcos de ozono o sistemas de sanitización a base de elementos químicos complementarios.

“La certificación Well Building no lo contemplaba en su exigencia, no era su realidad, pero si esta es la realidad, ahora lo encontramos en estas nuevas guías sobre cómo reforzar esas nuevas prácticas de sana distancia para reducir contagios y transmisiones particularmente de Covid-19 o virus similares”, expresó el director de BEA.

Treviño observó que estas “subcertificaciones” tienen una duración de tan sólo tres meses, es decir que pasado ese periodo debe hacerse nuevamente la supervisión y monitoreo que garantice la seguridad del espacio en términos de salud y sanidad para el ocupante. “Tienes que estar haciendo la verificación en cuanto a procesos de sanitización, políticas internas, suministro, prácticas de convivencia y encuestas de satisfacción”.

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Para Lorena Fuertes, directora ejecutiva de Representación de Inquilinos y Propiedades en Arrendamiento de Jones Lang LaSalle (JLL), los propietarios de edificios nuevos o terminados deberían considerar la certificación Well que garantiza bienestar, independientemente de LEED, que ya lleva tiempo en el mercado. “La certificación Well tendrá mucha fuerza, y va a darles de cierto modo tranquilidad a los usuarios”.

Lo más importante de esa certificación es la calidad del aire. Lo primero que deben de garantizar los propietarios con expertos en ese nicho es el buen funcionamiento del sistema de aire acondicionado porque en las oficinas un sistema que opera mal puede propagar una enfermedad. Por eso, “antes de regresar los propietarios deberían notificar qué han hecho respecto del aire acondicionado”, dijo Lorena Fuertes.

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Giovanni D´Agostino, presidente en México y director regional para América Latina de Newmark Knight Frank (NKF), también consideró recientemente que si ya venían siendo una parte importante las certificaciones como LEED, ahora el Wellness pasará de un good to have’ a un ‘must’.

“Los líderes de las empresas tendrán que hacer estos cambios para poder hacer que los empleados trabajen seguros y bajo las mejores condiciones que les permitan no distraerse por eso, sino trabajar en lo que tienen que hacer”, dijo el presidente de NKF México.

Para Ulises Treviño, el fondo de la certificación Well va más allá de la coyuntura de la actual pandemia, pues el “tener un espacio construido de manera saludable implica contar con seres humanos más fuertes y resilientes. La antítesis de esto es el síndrome del edificio enfermo: un lugar oscuro, con condiciones inadecuadas de temperatura y humedad que enferma a sus ocupantes.

La importancia del estándar Well es la verificación del desempeño del inmueble e implica que un especialista con sus instrumentos calibrados hace una visita al espacio físico “cuando ya opera el edificio”. Realiza pruebas y monitoreo de la calidad del aire, de las partículas PM 2.5, PM 10, con un fluxómetro mide la intensidad lumínica, se lleva muestras del agua para analizar en un laboratorio, raspa la pared para analizar si hay rastros de plomo de asbesto en la pintura.

“Son un montón de parámetros que se validan con instrumentos científicos en laboratorio y de ahí viene el reporte para dar cuenta que la calidad del aire es adecuada. No es una cuestión de percepción o de creer que se hizo lo mejor; se coteja cada elemento bajo normas, rangos y parámetros permisibles; si estás fuera de ellos, no pasas hasta que hagas las adecuaciones en equipamiento, en filtros de equipos”, compartió Ulises Treviño.

Sugirió además mantenerse informados de estas y otras propuestas que están surgiendo a nivel nacional. “Sabemos que existen esquemas de reporteo y acreditación sectorizados, los hoteles están encontrado o definiendo sus propias certificaciones, el sector restaurantero también”.

Es ideal “mantenerse bien informado para conocer lo que normativamente les es exigible como sector y cumplirlo, y en adición buscar estas buenas prácticas internacionales que vengan a reforzar lo que pueda ser la exigencia local” dijo Treviño y recordó que estas certificaciones son voluntarias.

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