En una búsqueda en distintas páginas de internet que ofertan inmuebles y terrenos fue posible encontrar a la venta extensiones de tierra de 2.6 millones de m2 a un precio que puede ir de 5 a 9 millones de pesos.
El consultor inmobiliario Cristian Canto alertó que la ubicación lejana de esos terrenos, en la mayoría de los casos, los convierte en “lotes basura” porque no tienen urbanización ni servicios, “no tienen nada”, y muchos son objeto de procesos ejidales. Y alertó que estas transacciones podrían convertirse en un fraude.
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Explicó que como la mayoría de los terrenos ofertados son ejidos, deben realizarse los procesos para regularizar la tierra. Mientras eso ocurre, se venden con la promesa de compra-venta, en tanto pasan por el proceso de regularización que les permitirá obtener los títulos de propiedad para poder ser vendidos y escriturados ante un notario.
“Está tan mal planteado el negocio que si haces la suma de cuánto te cuesta urbanizar, cuánto de te cuesta la tierra y cuánto te costaría venderlo (una vez subdividido) obviamente no podrías vender en un precio de 60,000 pesos por 300 0 400 m2 de terreno, no te dan los números. Lo que realmente te venden es un pedazo de tierra en la nada con una subdivisión que algún día se va hacer o no”, expresa el director de la firma inmobiliaria con estudios enfocadas en el sur del país.
Una tierra sin límites
Impulsados por los precios bajos y la búsqueda de paraísos lejanos a las balaceras e inseguridad que, en general hacían acto de presencia en el país hace ocho años, inversionistas, desarrolladores y personas de a pie miraron a Mérida como una joya en el territorio nacional.
Lo cierto es en la última década el precio de la tierra se ha encarecido hasta en un 100 por ciento: “En los último ocho o 10 años los precios se doblaron ante la alta demanda”, detalló Cristian Canto, director de Uno Consulting.
Aún así la tendencia de comprar grandes extensiones de tierra “sigue muy fuerte”, de acuerdo con Cristian Canto, si bien primero inició con la compra por parte de la clase media de Mérida, que lo miraba como un negocio patrimonial a largo plazo, pronto cobro el interés de otras regiones, incluso del norte y de entidades como Monterrey, que en algún momento tuvieron problemas serios de seguridad.
El aprecio ahora se ha extendido a nivel nacional e internacional, pues hay muchos extranjeros interesados en adquirir terrenos. Por ahora no hay ningún límite legal ni geográfico que lo impida.