Además de guardar sana distancia, usar cubrebocas, tomar temperatura y aplicar gel y líquidos sanitizantes, las soluciones para adecuar los espacios parten de un consenso: la pandemia ha demostrado que es posible trabajar vía remota y que el homeoffice es una alternativa que permite la movilidad y flexibilidad de las oficinas.
Alberto Laris, socio de GAYA, comentó a Obras que “en seis meses probamos que Zoom funciona , que la gente no tiene que estar sentada una al lado de la otra, que podemos trabajar de manera remota”, y que si bien “no existen recetas” que aseguren que no te vas a contagiar, sí se están tomando medidas relevantes para que el contagio no ocurra al estar sentado al lado de un compañero de trabajo.
GAYA realizó recientemente una alianza con tres empresas para ofrecer un servicio “más holístico” en la adecuación de los espacios de oficina para el regreso a la nueva normalidad. Se trata de especialistas en salud física (Viive), psicológica (Deriva) y legal (Zenteno & Liramora).
La alianza con las tres firmas permite a GAYA complementar su servicio de adecuación del espacio físico, basada en la generación de sana distancia, colocación de mamparas, uso de pinturas lavables, rayos ultravioleta en lámparas y ductos de aires acondicionados, además de alfombras hipoalergénicas, entre otras.
Para la firma, lo anterior no ha sido suficiente, porque hay que poner en el centro de toda la adecuación a las personas. No se trata sólo de garantizar que lleguen a un lugar más limpio y más fácil de sanitizar, sino también de garantizar su salud mental y reducir su estrés; por ello, ofrece este servicio “integral”.
Laris recordó la Norma 035 ,aprobada en 2019, que establece que los patronos también son responsables de la salud mental de sus empleados. Ahora la pandemia pone de relevancia este tema, pues el encierro forzoso también ha elevado el estrés de las personas, dijo.
El socio director de GAYA admitió que el regreso al ambiente de trabajo no será idéntico a como solía ser, pues observó que tan sólo la tecnología avanzó en seis meses el equivalente a ocho o 10 años.