La característica del mercado, de manera general, es que aumentó el costo de las transacciones, pero bajó su volumen. Es decir, se venden menos inmuebles, pero se paga un mayor precio por ellos.
El fenómeno ocurre debido a que, ante el incremento en las tasas de desempleo y la caída del poder adquisitivo de las familias, que frenaron su intención de comprar y buscar alquileres más económicos, las instituciones bancarias bajaron las tasas de interés de los créditos hipotecarios.
Lo que representó una oportunidad para las clases socioeconómicas altas, que durante el periodo de contingencia sanitaria no vieron demasiado afectados sus ingresos. Además, ante el panorama económico actual y la fluctuación de las monedas, los inversionistas prefieren colocar su dinero en bienes inmuebles, dijeron analistas de Global Property Guide a BBC.
Por el lado contrario, en otros países el costo de las viviendas sufrió una caída. En Egipto el incremento fue de -17%, en Paquistán -4%, Puerto Rico -4% y Malta -3%.