Pareciera una batalla entre venta de espacios físicos y digitales en donde la relevancia de uno, sacrifica el desarrollo del otro. Pero la realidad es distinta. Cada plataforma ofrece características valiosas irreemplazables que por sí mismas son factores de atracción al consumidor, y que combinadas podrían detonar en la recuperación y estabilización del sector inmobiliario comercial, dicen expertos.
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El cierre de locales y aumento de clicks
Durante el año pasado, debido principalmente a los confinamientos habilitados para evitar contagios de coronavirus, las tiendas físicas tuvieron que cerrar por varios meses, lo que afectó a las finanzas de las personas propietarias y atrasó la decisión de renta y compra de quienes seguían indecisos.
La situación provocó que la demanda de espacios comerciales cayera 34% en todo México durante el 2020, indican datos de Lamudi.
Una de las ciudades más afectadas fue la capital del país. De abril a septiembre del año pasado, se reportó que 335 locales dentro de plazas tuvieron que cerrar.
En Masaryk, uno de los corredores con locales más codiciados, cuyos precios de compra oscilan entre 1 millón y 7 millones de pesos, y de renta entre los 4,000 y 100,000 pesos, 32 negocios vieron su final.
“La crisis ha golpeado a todo el mundo. El problema de la seguridad sanitaria, la distancia entre personas, la prohibición de reuniones… todo ha sido completamente real y la afectación ha sido grande”, dijo en noviembre a Obras y Expansión, Javier Sordo Madaleno Bringas, presidente del Grupo Sordo Madaleno que opera 10 centros comerciales en el país.
Las desarrolladoras y propietarias se apretaban el cinturón, en tanto que constructoras de inmuebles industriales aprovechaban el año para hacer más obras. Las bodegas de última milla en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México crecieron 966,000 metros cuadrados del tercer al cuarto trimestre del 2020, indica Newmark.